Construir integridad y servicio

CONSTRUIR INTEGRIDAD y SERVICIO

En la Biblia encontramos ejemplos de personas que han hecho grandes cosas tomados de la mano de Dios, pero en sus vidas no había una sincera y genuina búsqueda de las cosas del Señor. Sus vidas y servicios no estaban totalmente rendidos a Dios. Sansón (Jueces 13:24 y 25; 16:20), Roboam hijo de Salomón (2da. Crónicas 12:12 – 14), entre otros. Una relación fluctuante, por momentos de dulce comunión con Dios, por momentos lejana, tirante, ríspida. Hombres que clamaron al Señor en medio de las dificultades y Él los ayudó y extendió su mano de bendición sobre ellos, pero a la larga, su ego resultó ser más grande que su fe.

Roboam despreció el consejo de sabios y ancianos. Sansón rendido ante los encantos de una bella mujer filistea a quien pretendía impresionar. No fue falta de perseverancia. Fue EGO. No hay peor cosa que creerse que los grandes logros son solamente resultado de nuestro propio esfuerzo, inteligencia, dedicación, conocimientos, carisma, estrategia.

No se consigue un gran logro, sólo con esfuerzo y fuerza de voluntad. La voluntad evidentemente es una parte importante del proceso, pero no es suficiente. La persona tiene que estar completamente convencida de a Quién sirve, de Quién es el Jefe, de Quién es la Obra y qué es lo que el DUEÑO quiere lograr; cuáles son sus objetivos y a dónde quiere llegar. La voluntad sin la convicción, muere. Una voluntad no rendida ante Dios, no es nada.

Nadie es íntegro por casualidad, suerte, improvisación. Nadie es bueno si no se lo ha propuesto delante de Dios en lo más profundo de su corazón. Nadie es un genuino servidor de Dios si primero no se lo ha propuesto en lo más íntimo de su corazón.

El escritor escribe y revisa una y otra vez lo que quiere comunicar. Un escrito capaz de dejar huella en una vida tal vez se pueda leer en unos pocos minutos. No obstante tal vez llevó horas, escribirlo; días de preparación, meditación, reflexión, oración. En un mismo sentido, un gran servicio es resultado de una vida de santidad, completamente rendida ante Dios. Y no se construye una vida de fe improvisando, con algún destello de sabiduría de vez en cuando.

Alguien dijo que hay iglesias llenas de cristianismo falso. La copia es tan buena que los buenos cristianos no se atreven a criticarla. Es preciso aprender a discernir lo genuino de lo apócrifo. Es preciso aprender a discernir si “éxito” es llenar una iglesia de gente o llenar vidas de Dios. Es preciso aprender a discernir el auto-engaño del corazón. Es preciso un servicio cuidadoso y diligente; no abandonado al azar, a la mera pasión, al capricho, al dictado del ego.

Y eso SE CONSTRUYE. Ladrillo a ladrillo cada día buscando diligentemente la PRESENCIA y la voluntad agradable y perfecta del Señor con un corazón sincero; escudriñando sabiamente las Escrituras y orando con una voluntad DISPUESTA A RENDIRSE ante la Soberana Voluntad del Señor. No le digas a Dios “hágase tu voluntad” a menos que estés dispuesto a OBEDECER.

“Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.”

(2 Corintios 8:7 RV1960)

Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Share

Comparte:


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: