No juzgues para que no seas juzgado – Hefzi-ba Palomino

NO JUZGUES PARA QUE NO SEAS JUZGADO

no juzgues

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
    Ni estuvo en camino de pecadores,
    Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;”

Salmo 1:1 VRV 1960

Honestamente, como nos  hace sentir alguien que siempre está criticando, juzgando a los demás, quejándose de todo e inconforme con las situaciones de la vida más comunes y sencillas?

A mí me hace sentir muy mal tener que escuchar a alguien en esta postura, pues lo primero que pienso es, si así habla de los demás, como hablara de mi misma? Santo Dios… mejor es callar que señalar con el dedo, que acusar a otros, que criticar, quejarse o sentirse inconforme con lo que somos o tenemos; porque de la misma manera que juzgamos, así vamos a ser juzgados.

Y no solo eso, sino que cuando lo hacemos lo hacemos como ciegos (negamos que Jesús nos devolvió la vista)  viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga que tenemos en el propio. (Mateo 7:3-4) Criticar, quejarse y juzgar es muy fácil; reconocer y aceptar que no somos perfectos y que todos cometemos errores, arrepentirnos, pedir perdón y hacer el propósito de no volverlo a hacer, eso, si es muy difícil, porque para ello se necesita humildad, un corazón noble sustentado por Dios, un corazón perdonador y lleno de amor, para cubrir las faltas de los demás y no hacerlas públicas y control y dominio propio para mantener la bocota cerrada.

Y es que últimamente he meditado mucho en esto, pues me ha tocado toparme con personas que se dedican a juzgar, a criticar, a quejarse, etc. Y yo apenas las escucho, las miro y después trato de buscar una explicación psicológica de porque estas personas son así, además de que oro por ellas, para que El Señor les muestre su error y su camino, pues en él, de verdad que somos totalmente renovados en nuestra manera de pensar y de actuar.

Algunas razones inconscientes o conscientes porque las personas hacen esto, es en primer lugar, porque quieren justificarse a sí mismas, queriendo convencerse que son mejores que las personas a quienes critican; porque la luz de Dios aun no resplandece plenamente en ellos; porque hay áreas que aún tienen que perdonar o entregar a Dios; porque son perfeccionistas, se creen perfectos y no aceptan que los demás se equivoquen, cometan errores o tengas fallas; algunos quieren llamar la atención hacia sí mismos y hasta que sientan  lastima de ellos;  les encanta hacerse las víctimas o creer que siempre tienen la razón, hacen lo correcto y hasta se sienten “maestros” y “consejeros” de otros y finalmente, porque aún tienen que llenar su mente y su corazón con el amor y perdón de Dios, para reconocer que Dios nos ama de manera incondicional y que nos ha perdonado, no uno, sino todos nuestros pecados, nos hizo nuevas criaturas y espera que nosotros seamos piadosos, que tengamos misericordia, que nos dolamos con los que sufren, que los amemos y perdonemos aun a nuestros enemigos, como él ha hecho con nosotros.

Es tan hermoso sentir la Presencia del Señor todo el tiempo y saber que su amor, su sabiduría, su Espíritu Santo, están siempre ahí, para revelarte, para ayudarte, para amonestarte, para que tengas control y dominio propio, para que tomes decisiones sabias y para protegerte como anillo de fuego alrededor tuyo y de tu familia.

¡Dios es un Dios de Segundas Oportunidades, aprovéchalas!

Cristo, nuestro abogado

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

por Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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