Dios no se ha olvidado

“Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.”

Isaias 35:3-4 Reina-Valera 1960

Muchas veces nos olvidamos de lo que le pedimos a Dios, cuando vemos que las cosas no se dan, se tardan en llegar o  no resultan como esperamos y aun si  no tenemos la paciencia o la fe necesaria para esperar el tiempo de Dios.

El lado obscuro de esta situación es que nos conformamos al fracaso, nos desilusionamos o pensamos (consciente o inconscientemente) que lo que pedimos no lo merecemos, nos resignamos y hasta renunciamos a lo que queríamos y aceptamos que no es la voluntad de Dios y queremos olvidarnos y seguir adelante aunque lo que tengamos al frente no nos guste. Lo malo, es que la cosa no termina ahí, esas aptitudes producen en nosotros  unos efectos emocionales  negativos en nuestro ser que minan nuestras fuerzas, nos desmotivan, nos entristecen, perdemos la fe y en el peor de los casos, traen depresión y nuestras ganas de querer hacer algo por lograrlos se acaban y perdemos  hasta las ganas de  orar,  nos sentimos cansados y estos sentimientos pueden llegar a ser incluso devastadores.

Pero hoy yo tengo una buena noticia para ti: no importa cuales han sido las peticiones de tu corazón, tus oraciones y/o como te sientas en este momento, por lo que sea que estés pasando,  no mires a las circunstancias, son pasajeras, mira mas allá, extiende tu mirada a las cosas de Dios, porque Dios no se ha olvidado, ni de ti, ni tus peticiones, ni de sus promesas.

Y hoy,  Dios trae buenas nuevas para ti, pronto las veras, si no las has visto ya, pronto las conocerás, pronto te serán reveladas; porque era necesario que pasaras por lo que pasaste o estás pasando, era necesario que aprendieras la lección que Dios quería darte, Dios estaba esperando el tiempo y el momento perfecto, para probarte, para enseñarte, para revelarte, para formarte, para quebrantarte; has sido probado, probada y has pasado por el fuego de Dios, por el fuego del Espíritu y ahora llega el momento de las recompensas, de alcanzar aquello  por lo que has estado pidiendo, porque todo bien perfecto, viene de Dios, viene de arriba y llegara, pero llegara en el tiempo de Dios. En el momento perfecto.

Hombre, mujer, de corazón apocado, de baja auto-estima, tristes y abatidos, si crees que has desfallecido y te faltan tus fuerzas, es hora de fortalecer las manos y rodillas endebles, es hora de esforzarse, de desechar todo temor, de volver a  creer,  de fortalecer la fe, de  prepararse para recibir, las promesas de Dios, pues El mismo vendrá y te salvara.

Confía en Dios y El hará, créele y espera en El siempre y no dejara que te avergüences.

“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.”

Salmos 55:22

por Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

Compártelo en Facebook