Soy como soy – Juan Carlos Aguilera

Soy como soy

por Juan Carlos Aguilera Cedeño

soy-como-soy“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”

1 Pedro 1:9,10

Comúnmente nuestro patrón de conducta es aprendido, si cuando niños en nuestros hogares eran común las peleas nosotros aprenderemos por todo a pelear. De esta manera cuando entramos en grupos donde tenemos que hablar, reír y hacer de una forma diferente a nuestros principios familiares para que nos respeten, esa será la forma de ser que vamos a tener. A menos que aprendamos a controlarnos en cada circunstancia que se presente en la vida (hogar, colegio, fiestas, congregación, etc.)

Muchas veces somos lo que los demás quieren que seamos y esto repercute de manera negativa ya que no aprendemos a desarrollar identidad propia sino la del grupo que nos rodea; en contraste aprendemos a ser como queremos ser y aunque aprendemos a desarrollar una identidad propia no quiere decir que lo estemos haciendo bien o que nuestra actitud sea la correcta para las diferentes facetas de nuestra vida.

Hace poco leí la anécdota de un joven pasante de ingeniería en una obra de construcción, supervisando el trabajo vio que un viejo albañil con muchos años de experiencia que estaba haciendo un trabajo fuera de las normativas de seguridad, y cuando se da cuenta le da la voz de mando para que se detenga y que no lo siguiera haciendo y el obrero le contesto que siempre lo había hecho así; la respuesta del joven Ingeniero fue: “siempre lo estabas haciendo mal…”

Mi hermano muchas veces nuestra costumbre nos hace creer que lo que estamos haciendo está bien, cuando en realidad siempre lo hemos hecho mal, y cuando se afrontan es común escuchar: “yo soy así”, siempre lo he hecho de esa manera o soy como soy.

Cuando llegamos al Señor encontramos promesas que nos hacen soñar y desear servirle a Dios, El pone en nuestro corazón la vocación (el llamado) por el cual luchamos para ejercer muchas veces acuesta del trabajo y de quien se pude levantar. Pero todo no es tan sencillo como se ve, debido a que hay que comenzar una lucha contra nuestra conductas, hábitos y tantas cosas que estorbaría el trabajo que tenemos que hacer en el Señor y hasta muchas veces en lo secular.

Muchos con el pasar del tiempo se rinden y dicen: “esto no es para mí ya que es tan difícil y hay tantas cosas que hacer… que no, yo no puedo”; otros sin embargo a pesar de nunca intentarlo solo dicen: “yo no lo puedo hacer”. Y seguirán diciendo “soy como soy”.

Lo que sentimos tiene que ser canalizado y bien dirigido, ya que muchos han fracasado porque malgastan todas sus fuerzas en el principio y otros se han dado por vencido antes de comenzar; el factor común de ambas es el sentimiento de frustración. En cualquiera de los casos solo quiero que sepas que mientras haya vida hay esperanza de alcanzar lo soñado y deseado.

Pablo aprendió y alcanzo la vocación, rompiendo todos los paradigma que el tenia solo para agradar a Dios y aunque no fue fácil pero él no se quedo con el hecho de que fue enseñado así y ya, el aprendió y con claridad, no se cuanto tiempo duro ese proceso de aprendizaje pero si se que lo aprendió y pudo decir “ya no vivo yo mas vive Cristo en mi y lo que ahora vivo es para agradarle”.

Nosotros somos el pueblo de Dios llamado para un propósito muy especial y no porque lo merecíamos sino por el amor y la misericordia de nuestro gran Señor y Salvador Jesús, y Pedro pudo decir de nosotros, los que Dios llamó de las tinieblas a su luz admirable: “sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”, todos y cada unos de esos atributos que Dios nos da es para que comprendamos que no estamos aquí por estar y que si le conoces no te conformes de ser como eres sino como Dios quieres que seas.

Vocación se define como el llamado que la persona siente acerca de una profesión aun no teniendo las aptitudes ni el conocimiento para desempeñarlo; no nos quedemos sintiendo solo la vocación sino que vayamos un poco más allá y moldeemos nuestra forma de ser de acuerdo con ese llamado que tenemos de parte de Dios.

Recuerda, si es Dios que te llama en el momento que te sometas a Él solo tienes que espera y Él como buen Padre te recompensará por tu esfuerzo y confianza, solo sigue adelante y no te detengas ni te conformes de ser como eres.

“No veas lo difícil que puede ser cambiar solo piensa en lo orgulloso que estará Dios de ti, así que humíllate delante de Él y el hará maravillas en tu vida. Créelo”

Escrito para www.devocionaldiario.com
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Publicado en: http://blog.vivoparacristo.info/

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