Aprendiendo a amar – Luis Caccia Guerra

Aprendiendo a amar

Cuenta esta historia que un predicador fue enviado a principios del siglo XVIII como misionero a Groenlandia. Tenía un carácter rudo y autoritario, lo que frecuentemente le traía conflictos con las personas. De mostrar el amor de Jesús… ¡Ni hablar! Es que mucho se habla de aprender a perdonar, pero muy poco de APRENDER a NO OFENDER.

Doce años después de su llegada, una terrible epidemia de viruela arrasó el país diezmando la población. Entre las miles de víctimas fatales de la enfermedad, cayó su amada esposa.

Con el corazón destrozado por la pérdida, ahora tenía algo en común con los pobladores de ese país: el dolor compartido. Casi todos habían tenido que lamentar la partida de al menos un ser amado. Es entonces, cuando comenzó a trabajar con las personas desde otra perspectiva, por su bienestar físico y por su edificación espiritual.

Hace un tiempo escuché en una inspirada conferencia: “amar es aprender a cargar con las cargas del otro”. Y ahora este misionero estaba aprendiendo a conocer las cargas del otro. Las circunstancias terribles por las que había tenido que pasar, le estaban enseñando a ponerse en los zapatos del otro, cosa que muy pocos de los que hablan mucho de perdón, saben hacer.

La empatía, la fe y la Palabra de Dios fueron ablandando el corazón rudo de aquel misionero y ahora comenzaba a mostrar con su vida, desde lo profundo de su corazón, el amor de Jesús. Y las personas ahora podían ver eso. Él les amaba como Jesús les amaba.

El amor es sufrido, es benigno…

1 Corintios 13:4 (RVR60)

Por: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com

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