Celebrando la victoria con Cristo – Hefzi-ba Palomino

CELEBRANDO LA VICTORIA CON CRISTO

celebrando la victoria con Cristo

“Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”

Lucas 17:17-19 Reina-Valera 1960

Dice la Palabra que cuando Jesús iba hacia Jerusalén, mientras pasaba entre Samaria y Galilea, le salieron al encuentro diez (10) hombres leprosos, de lejos, porque estaban prohibidos de acercarse a las personas sanas y clamaron misericordia de Jesús.

Es interesante saber que la lepra, fue una enfermedad que era asociada con el pecado, los que la padecían eran malditos, apartados y desterrados de sus comunidades y no había cura para ella. Yo me horrorizo de pensar en lo terrible que debió ser para aquellas personas enfermas, el vivir lejos de sus familias y seres queridos, sabiéndose condenados a muerte y viendo como su carne se descomponía día por día, sin esperanza y esperando el único destino posible para ellos, la muerte.

Por eso hoy no quiero ignorar, la fiesta más grande que los cristianos celebramos, La Semana de la Pascua Judía, La Semana Santa y la Resurrección de Jesús, porque si miramos hacia atrás, antes de que Jesús tuviera misericordia de nosotros, todos éramos como esos leprosos, corruptos, inmundos, malditos, pecadores y apartados de Dios; espiritualmente estábamos muertos, nuestra carne se descomponía, olíamos mal, nos veíamos mal, nuestra mirada era obscura y nuestros ojos sin luz y nuestro rostro pálido porque no reflejaba la luz de Dios.

Pero hoy, gracias a que hace más de dos mil años Dios tuvo misericordia de todos nosotros, al enviar a su precioso hijo Jesucristo, y este, a pesar de lo difícil de su misión, la llevo a cabo y se ofreció a si mismo por nosotros, los pecadores, para que fuéramos limpios de nuestra lepra, de nuestro pecado, nos ha perdonado, nos ha sanado y aun nos está preparando una morada en el cielo, para cuando tengamos que partir de este mundo; nos llama hijos y co-herederos con Cristo, su Hijo.

Ahora bien, no sería lo más justo, lo más merecido, que habiendo nosotros recibido mucho más que los 9 leprosos que fueron con los Sacerdotes, nos identificáramos   con ese leproso que se devolvió a darle las gracias a Jesús por su Sanidad y quien además, por su fe, recibió también su salvación? Yo creo que Sí.

Seamos agradecidos con nuestro Salvador Jesucristo y demostremos nuestro amor y agradecimiento con nuestra obediencia, con nuestro servicio, con nuestro ministerio y de la misma manera que nos identificamos y esperamos la resurrección en Cristo Jesús, nos identifiquemos con su muerte, con su sacrificio, con su misión, con su legado, con su carácter y con su muerte; renunciemos al mundo, al pecado, a la carne y a las obras del diablo, para vivir para Dios, servirle y ser dignos de mantenernos en pie delante de Él, cuando llegue el momento de nuestro encuentro cara a cara con El.

No nos afanemos tanto por las cosas de la vida, busca a Dios, como una prioridad, con sentido urgencia, con pasión, con hambre y sed de su amor y su justicia y entrégate a Él. Todo lo demás es añadidura.

Escucha hoy su voz, congrégate, pon por obra su Palabra y sus mandamientos. Esto es lo único que al final vale. Porque de que nos vale celebrar la Resurrección de Cristo un día al año, si los otros 364 estamos separados de Él? Seamos como María y no como Marta.

“Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”

Lucas 10:41-42 Reina-Valera 1960

¡Cristo Vive!

por Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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