Asume tu Liderazgo – Hefzi-ba Palomino

Asume Tu Liderazgo.
No desperdicies tus talentos

por Hefzi-Ba Palomino

Ustedes son la sal de la tierra.
Pero si la sal se vuelve insípida,
¿Cómo recobrará su sabor?
Ya no sirve para nada, sino para que la gente
la deseche y la pisotee.
Ustedes son la luz del mundo.
Una ciudad en lo alto de una cima no puede esconderse,
ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón,
Por el contrario, se pone en la repisa para que
alumbre a todos los que están en casa.
Mateo 5:12-15
(Nueva versión Internacional)

Meditando recientemente en estas hermosas palabras de Jesús y en el significado del Liderazgo Cristiano, me pregunto ¿porqué hay todavía tan pocas personas en el ámbito cristiano que estén asumiendo su liderazgo o al menos preparándose para ello?

Basta ya de excusas. Basta de creer que necesitas un titulo en teología, ser Pastores o tener un cargo en la Iglesia que nos autorice para abrir la boca.

Jesús nos ungió ya con su Santo Espíritu y nos comparó con la sal y la luz del mundo, dándonos de esta manera un papel protagónico en el desarrollo de los acontecimientos diarios; impactando a nuestra familia, amigos y vecinos y aun extendiendo nuestra zona de influencia a lugares a donde ni siquiera podemos imaginar, de una manera globalizada, a través de la Internet.

¿Has probado alguna vez una comida sin sal? ¿Verdad que no tiene ningún sabor y ni dan ganas de comerla? O ¿puedes imaginarte que seria el mundo sin luz? Sin energía, sin TV, sin computadoras, sin carros, gas, cocinas a gas, luz eléctrica y sin el adelanto científico y tecnológico que conocemos hoy y que seria de nuestro planeta, sin nuestro sol, fuente principal de luz y energía? ¡Ni siquiera existiríamos! ¡Yo no quiero ni imaginarlo!

Pues ese el gran papel que Dios tiene para nosotros; El, espera que nosotros seamos la sal de la tierra – que le demos sabor a la vida – y que seamos luz – que alumbremos con la luz de Cristo al mundo y para poder lograrlo debes saber que Jesús ya te ungió, te llamó, te escogió y te envió a evangelizar a los cuatro vientos y es su unción la que te mueve, te interesa, te inquieta y te motiva para que des cada paso en la dirección correcta.
Sin embargo, ¡El Liderazgo es una fruta que se come madura! No basta con querer ser Líder, para serlo; ni se es Líder de la noche a la mañana, hay que estudiar, prepararse y aún dejarse probar por el fuego del Espíritu. Existen muchos libros y tratados sobre liderazgo, pero personalmente creo que lo único que a Dios le importa es nuestra obediencia y nuestro corazón dispuesto. Por tanto, si ya le has entregado tu vida a Cristo y en tu corazón anhelas servirle, esto te ayudará a desarrollar tu liderazgo. Existen tres factores que debes tener en cuenta como Líder, sea que ya lo estés ejerciendo o que te quieras preparar para ello, aunque debo aclarar, que no hablamos aquí de un liderazgo mundano, ni su propósito es hacerte rico, aunque si te lo propones y observas estas leyes universales, muy seguramente lo vas a lograr, pues el liderazgo se aplica, tanto a la vida, como al Ministerio:

1º. Conocimiento. No es casualidad que las primeras etapas de nuestra vida estén dedicadas al conocimiento; al aprendizaje y a la teoría. El aprendizaje y el conocimiento es la primera fase de cualquier proceso.
Emplea todo el tiempo que sea necesario – a aprender – a conocer, a indagar, a preguntar, a leer sobre el tema, a escuchar a los expertos, a ver videos y hasta a intercambiar opiniones con terceros, para despejar dudas.
Aun el pueblo de Dios, tiene mucho que aprender: saber qué pasa en el mundo; conocer la palabra de Dios, las profecías, reconocer los tiempos y las señales y aplicar ese conocimiento a la vida diaria, pues de nada serviría aprender o estudiar algo, si no se aplica. La palabra de Dios dice: “Mi pueblo pereció por falta de conocimiento”. No seamos nosotros, su pueblo, de dura cerviz y como los mulos, sin entendimiento, menospreciando el conocimiento de Dios y su palabra, mas aún, necesitamos conocerlo y contrastar su palabra con las teorías y conocimiento del mundo, para discernir la verdad, por nosotros mismos.
El tiempo que inviertas en aprender – es la mejor y más valiosa inversión que puedes hacer en ti mismo – Aun los expertos en finanzas, aconsejan que uno no se preocupe tanto por cuánto le van a pagar en sus primeros trabajos; sino en cuan valioso puede ser el aprendizaje que allí adquiera, para después aplicarlo.

2º. Experiencia. ¿Han escuchado decir: “la experiencia hace al Maestro”? pues es cierto, nadie se hace maestro, sin haber sido primero alumno. Nadie se vuelve un campeón, sino es entrenando y sudando la camiseta todos los días; nadie se hace un atleta, sino corriendo, corriendo y corriendo.
Los expertos en finanzas, también aconsejan que aun en esta fase, de ganar la experiencia, tengamos la actitud del alumno, del aprendiz o del estudiante.
Cuando ya tienes el conocimiento y el deseo arde en tu corazón a causa de la unción, entrénate, entrénate y entrénate. Habla con la gente, aborda a un desconocido en la calle; habla de Jesús, de las maravillas que hizo; habla de tu testimonio, escribe y si no tienes con quien hablar, párate frente al espejo y háblate a ti mismo. ¿Logras convencerte?; comenta con los miembros de la Iglesia, ¿que te llegó de la prédica? Haz preguntas, contesta preguntas, pero sobre todo, levántate y acuéstate pensando en Jesús y durante el día, mantén su presencia viva, habla con El, se agradecido, optimista y confidente. Practica ser una persona centrada en Cristo y El, te formará como un verdadero Líder, que lleve a muchos a sus pies, por tu palabra y tu testimonio.

3º. Oportunidad. No tendrás que pedir oportunidades, ni puertas que se abran, pues Jesús sabrá cuando estás listo y abrirá puertas que nadie podrá cerrar y veras las oportunidades por todas partes, alrededor tuyo y mas allá. La oportunidad, la pondrá Jesús en tu camino, cuando sea el momento oportuno y en el tiempo de Dios, en su perfecta voluntad y cuando eso suceda, aprovecha cada oportunidad y expándete, crece, transforma tu mente en Cristo y comienza a pensar como El. Jesús prometió que Daria más, al que más tuviera. No se si es cierto, pero alguien dijo alguna vez que: “los ricos, cada vez son más ricos y los pobres, cada vez, son más pobres”.
Sin embargo, hay una parte del proceso que podríamos llamar de transición, entre el aprendizaje, la experiencia y la oportunidad y hasta puedo decirte que las tres fases se pueden dar simultáneamente, pues El Señor, necesita con urgencia Obreros, está formando lideres en todo el mundo. Es el mejor tiempo de todos; es el tiempo donde aprenderemos a esperar en Dios; que las cosas se den favorablemente; es el tiempo de aprender paciencia, templanza, amor, a compartir, a callar cuando debemos callar y a hablar cuando tenemos que hablar; es el tiempo de las pruebas, donde nuestra fe se fortalece, es tiempo de crecimiento espiritual y también de humildad, pues entre mas avanzamos y nos asemejamos a Jesús, mas y mas humildes nos volvemos; es el tiempo del quebrantamiento interior y de la liberación del Espíritu y es el tiempo del servicio. El que quiera ser Líder, debe aprender a servir, a expandir su influencia, a ayudar a su prójimo, a amar y a confiar en El. Ese tiempo es el presente, el hoy, donde no existe el tiempo, sino que vivimos en la perfecta voluntad de Dios, sabiendo que todas las cosas El nos las dará, cuando sea el tiempo de Dios, no antes ni después. Disfruta cada día, gózate en El Señor y El, concederá las peticiones de tu corazón.

¡Servir y amar al prójimo, es amar y servir a Jesús, porque El, mora en cada uno de nosotros! Y el que esto hace, es un Líder. Asume tu liderazgo! Jesús te dice, hoy:

Así que no se preocupen diciendo:
“¿Que comeremos?” o“¿Qué beberemos?”o
“¿Con qué nos vestiremos?”
Porque los paganos andan tras todas estas cosas,
Y El Padre Celestial saben que ustedes las necesitan.
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios
Y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Por lo tanto, no se angustien por el mañana,
El cual tendrá sus propios afanes.
Cada día tiene ya sus problemas.
Mateo 6:33-34

(Nueva versión Internacional)

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