¿Es Jesús el Motivo de tu Corazón? – Hefzi-ba Palomino

¿ES JESUS EL MOTIVO DE TU CORAZON?

por Hefzi-ba Palomino

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose dijo: Señor, ¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas. Pero solo una es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no será quitada.

Lucas 10:40-42

El comienzo de este pasaje relata que Jesús estaba yendo de camino y entró a una aldea y una mujer llamada Marta le recibió en su casa; sin embargo después vemos que a pesar de que fue Marta quien le recibió y le abrió la puerta de su casa, en realidad no le dio mucha importancia a su huésped y que estaba mas preocupada por los quehaceres de la casa, es decir por las apariencias o quizás que iba a pensar Jesús de ella si la casa no cumplía con los requisitos de orden y limpieza necesarios, por lo que no me extraña que le pidiera a Jesús interviniera para que su “egoísta” hermana le ayudara, pues esto sucede en todas las familias, aun en nuestros días; lo que es importante para unos no es importante para otros.

Esto me hizo recordar que en días pasados, mientras estaba preparándome para ir al trabajo, estaba pensando en una reunión a la que me habían invitado para el fin de semana unas personas a las que conozco, pero que se que no les caigo bien y que hablan de mi y me critican, yo supongo que porque muy pocas veces me reúno con ellos en sus fiestas privadas, por lo que se me ocurrió que a esta ultima me iba a aparecer de repente y ver la cara de sorpresa y desconcierto que iban a poner; esto a la verdad me pareció muy divertido y quería hacerlo solo por el placer de fastidiarlos, pero de inmediato escuché y sentí la voz del Espíritu Santo, cuestionándome acerca de los motivos de mi corazón (por supuesto no los correctos) y preguntándome que iba yo a obtener con ello; me sentí avergonzada, pues en primer lugar el motivo de mi corazón no era Jesús y segundo porque el tiempo en total que iba a gastar para ir allá, en realidad podría utilizarlo de mejor manera.

¿Es Jesús el motivo de tu corazón? Parece una pregunta simple pero no lo es, de hecho, la vida se trata de elecciones, de elegir entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo necesario y útil y lo inútil e innecesario, entre lo provechoso y lo que es desperdicio; en todo el mundo hay cientos y miles de creyentes y aun creyentes de largo tiempo en el cristianismo que aun no hemos aprendido a elegir lo necesario y correcto; muchas veces no sabemos elegir lo correcto y necesario y en un momento dado podríamos creer o sentir que nuestra vida es como una veleta guiada por el viento y no saber exactamente a donde se dirige; muchos piensan y actúan guiados por sus pensamientos y sentimientos y motivados por su entorno y circunstancias, creando una cadena de acontecimientos que los mantienen enredados en las cosas de la vida y absorbiendo su atención en un ciento por ciento, no permitiendo que la nueva vida de Dios a través de Su Espíritu, crezca y se desarrolle dentro de sus vidas.

Seria bonito y lo correcto que una vez que le abrimos la puerta de nuestro corazón e invitamos a Jesús a entrar a nuestra vida, le dediquemos un poco de mas atención y no nos dejemos absorber totalmente de nuestra trajinada vida; no se trata de dejar de hacer lo que hacemos, sino de ser conscientes de ello, de porque y para que hacemos lo que hacemos, es decir cuál es la motivación y cuales son nuestros objetivos; esto nos ayudara a ahorrar mucho tiempo y a invertirlo de una mejor manera para que pueda distribuirse correctamente entre las cosas prioritarias, urgentes, necesarias, útiles y convenientes.

El Devocional de hoy hermanos, comienza con una pregunta: ¿Es Jesús el motivo de tu corazón? Y para responderla es necesario observar cómo gastamos nuestro tiempo y nuestra vida y escudriñar nuestro interior de la misma forma que Dios escudriña nuestra mente y nuestro corazón y comenzar a desechar todo aquello que es verdaderamente inútil, que no produce frutos, resultados o que no agradan a Dios, que van en contra de Su Palabra o que simplemente no lo honran en nuestra vida.

Lo ideal sería aprovechar sabiamente el tiempo y distribuirlo inteligentemente entre los negocios y quehaceres de la vida y los asuntos y negocios de Dios, velando para que sea el Espíritu Santo quien siempre esté presente y que detrás de todos los motivos de nuestro corazón este Jesús, haciendo todo como si lo hiciéramos para él y con él.

Valoremos y evaluemos cada pensamiento, cada sentimiento, cada acción, cada situación, cual es nuestro papel, ¿Cómo afectara ese acto tu entorno? ¿Que beneficios te traerá? ¿Porque y paraqué lo haces? ¿Cual es tu motivación y cual es el objetivo de lo que haces?

Abramos nuestros oídos y siempre estemos atentos a escuchar la voz de Dios, pues El nos habla a través de su Santo Espíritu y seamos facilitadores de la labor del Espíritu Santo en su encomiable labor de santificación, restauración y perdón, sometiendo nuestra voluntad a la voluntad perfecta de Dios, porque no hay lugar a donde podamos ir o donde podamos escondernos de Su presencia y El acabará la obra que ha comenzado en todos y cada uno de nosotros; así que no tenemos escapatoria y entre mas demoremos en entenderlo, mas doloroso va a ser el proceso.

Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Jeremías 17:10

¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a donde huiré de tu presencia?

Salmo 139:7

Escrito para www.devocionaldiario.com

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