El agua estancada – Maite Leija

El agua estancada

El agua estancada  como la que a veces nos toca ver en algún lugar con un color verdoso y hasta de mal olor, no es mas que agua que al no tener movimiento  ha perdido sus propiedades como el oxigeno, lo que la hace inútil e inservible, porque se convierte en agua dañina para quien la quiere usar y ya no cumple con su función que  de alguna manera es dar vida a los seres humanos y algunos animales.

A veces en nuestra vida espiritual ocurre lo que con el agua estancada, si no hay movimiento y corre hacia el rio de Dios, pronto acaba por perder su función que es ser de bendición para los demás, es decir, Dios manda lluvia a nuestra vida, y el agua esta ahí, llega viva, lista para que la uses bendiciendo a otros, pero si en lugar de fluir o dejar que corra decides que se quede almacenada, pronto pierde sus cualidades y su propósito.

Jesús dijo: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, correrán ríos de agua viva”  Juan 7:38 (Nueva Versión Internacional), todos sabemos que un rio lleva un camino a recorrer que desemboca en algún mar, si el agua no corriera, sería solamente un estanque, del que el agua no llega a ninguna parte, y si al estanque no se le da movimiento, mantenimiento o uso, lo único que consigue es ser un lugar desagradable al que a nadie le beneficia acercarse.

Hay veces que sin saber porque, nos sentimos como un estanque del que el agua no esta dando lo que tiene que dar, sabemos que está, mas no sentimos que fluya o tenga vida, si, hay momentos así, y creo que todos o al menos la mayoría pasamos por esa situación un tanto incomoda que nos hace sentir que no estamos cumpliendo con nuestra encomienda, con el propósito al que fuimos llamados, es muy fácil llegar a ese punto en el que nos sentimos así, pero conscientes o no de los motivos que nos provocan ese sentimiento de estar estancados siempre la mano de Dios estará cerca para remover el agua y hacerla correr hacia el mar de su presencia.

Tal vez hoy te encuentras sintiendo que tu vida esta estancada, y una y otra vez te has preguntado como es que dejó de fluir el rio en tu vida, pero déjame decirte algo, a veces es necesario llegar a esos momentos para darnos cuenta de que las cosas no fluyen por nosotros mismos, sino por gracia de Dios, que todo empieza por Dios y termina en Dios, puede ser que un obstáculo ocasionó que tu vida se estancara y hasta hoy no has podido hacer nada, pues bien, entonces es momento que dejes que Dios actúe y remueva tu estanque, quite los obstáculos y permita que el agua siga corriendo hasta llegar a donde Él quiere que llegue.

Tu naciste para ser un rio caudaloso, un río que recibe y lleva bendición a su paso hasta que llega a rencontrarse con el mar de la presencia y el amor de Dios, es cierto que a veces en tu paso puedes encontrarte con obstáculos y trabas que quieren impedir que llegues a tu destino, habrá ocasiones en las que pienses que el agua ha dejado de fluir, momentos en los que sientas que estás en un estanque al que no sabes como llegaste, pero si de algo puedes estar seguro, es que Dios siempre estará cerca para quitar barreras y remover tus impedimentos, de modo que vuelvas a sentir como el agua viva de su Espíritu sigue corriendo por tu ser.

Sentir que el agua viva que es Dios ya no fluye es como perder el sentimiento de Su presencia en nuestra vida, ¿y sabes? Eso nunca sucede, una buena forma de solucionar ese sentimiento equivocado es recordar que Dios nunca se aleja de ti, a pesar de tus errores, de tus acciones en estos últimos días o de tu falta de disposición a atender su voz, aun su mano esta extendida y dispuesta a remover tu estanque y hacer que tu rio fluya y de tu interior vuelvan a brotar esos ríos de agua viva, si hubiese agua estancada Dios esta dispuesto a limpiarla, basta con tus palabras sinceras pidiendo que lo haga.

Autora: Maite Leija

Escrito para: www.devocionaldiario.com

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