Ve alegre a la casa de Dios – Enrique Monterroza

Dispón tu corazón porque Dios quiere ministrarte

Salmos 122: 1

disponer-tu-corazon“Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”.

¿Cuándo fue la ultima vez que disfrutaste de una predicación?, si hablo de esa vez, que no soportaste a que terminaran de predicar, mientras tus lagrimas salían de tus ojos, por la razón de que Dios estaba ministrándote tremendamente.

Y es que no se necesita estar pasando por un desierto espiritual como para ser ministrado, no se necesita estar pasando por enormes problemas para que Dios toque tu corazón, lo único que en verdad se necesita es un corazón dispuesto a ser ministrado.

Muchos se quejan de no ser ministrados en sus congregaciones, ya sea porque el predicador no es muy elocuente, quizá porque no tiene mucha experiencia o cualquier otra excusa más que quieras poner para validar tu disposición nula para ser ministrado.

Es que es rico ser ministrado, es precioso sentir que Dios te esta hablando, es hermoso cuando reconoces que estas fallando en algo y que necesitas prontamente solucionar eso que sabes que es un obstáculo para tu relación personal con Dios.

Pero eso no se logra por parte del predicador, es más, el nada mas es un instrumento que Dios quiere utilizar para ministrarte. La clave no esta en que sea elocuente, tampoco en que tenga mucha experiencia, no, la clave esta en LA DISPOCISION DE TU CORAZÓN para poder ser ministrado.

El rey David escribía este salmo y decía: “Yo me alegré con los que me decían:
A la casa de Jehová iremos”, realmente podemos notar la disposición de corazón que llevaba David al ir a la casa de Dios. Ante esto, ¿Crees que le importaba quien iba a predicar?, definitivamente no, David se alegraba con el simple hecho de saber que iba a la casa de Dios, porque prefería estar un día en la casa de Dios, que mil años lejos de ella.

¿Cuál es tu disposición al ir a la casa de Dios?, ¿Qué es lo que te estorba para ser ministrado?, ¿Vas solo a oír o a recibir una Palabra de Dios?, yo no se tu, pero últimamente disfruto cada predicación que escucho o que predico, no te imaginas el hambre que hay en mi recibir una Palabra de Dios, quizá el predicar no sea tan bueno, quizá no tenga tanta elocuencia, a lo mejor tiene poca experiencia, pero lindo es tener un corazón dispuesto y un espíritu humilde para recibir la Palabra de Dios y que esa palabra ministre tu vida de manera tremenda que al salir del servicio tus ojos sean la muestra del tremendo encuentro que tuviste con Dios.

Amado hermano, que el próximo servicio de tu congregación sea una linda ocasión para que te encuentres con El, no esperes mas, no es necesario que llegue un predicar del extranjero para que seas ministrado, no se necesita demasiada elocuencia, ni siquiera mucha experiencia, lo único que necesita llevar la próxima vez que vayas a un servicio es UNA DISPOSICIÓN TOTAL DE TU CORAZÓN.

Prueba y me cuentas, llega con un hambre tremendo de la Palabra de Dios, desde el momento que comience la Palabra pon la máxima atención posible, no permitas que nada te distraiga, escucha y a la vez medita lo que estas escuchando y notaras como Dios te estará hablando sobre eso que necesitabas. Y es que la Palabra de Dios siempre esta ahí en el momento indicado y tu puedes provocar ese momento si tan solo DISPONES TU CORAZÓN.

Que tú Corazón anhele cada reunión y que la vea como una oportunidad más para que Dios te hable no importando quien predique, sino que lo único que importe es TENER UNA DISPOSICIÓN TOTAL para que Dios hable a tu vida.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para www.devocionaldiario.com

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