Poder vivificador – Richy Esparza

Poder vivificador

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” Juan 16:7 (Reina Valera 1960).

El Espíritu Santo es poder vivificador, en Él hay vida. Y donde hay vida la muerte es echada fuera. El Espíritu Santo es quien refuta los diagnósticos más pesimistas. Cuando Él dice “Vida” nadie más puede decir enfermedad o muerte, aunque quien lo diga tenga su oficina llena de diplomas y certificados. El Espíritu Santo es la esperanza misma, Él jamás se rinde. No apaga la mecha que apenas arde ni golpea la vara a punto de quebrarse, por el contrario, con Su poder vivificador enciende las vidas de aquellos que están a punto de apagarse y fortalece los corazones cuya fe está a punto de quebrarse.

Para el Espíritu Santo no existe enfermedad o mal  que sea incurable o no conocido, Él mismo es la salud.

El poder del Espíritu Santo es real y Dios lo da gratuitamente a todos los que creen en Su hijo para salvación y perdón de pecados.  (Hechos 9:17-20, Hechos 19:2).

Si una persona ha aceptado a Jesús como Señor y Salvador, el Espíritu Santo habita en él/ella y Su intención es presentarle a Dios un templo grato, es decir un creyente en plenitud. Con un espíritu vivificado, un alma libre y un cuerpo sano ya sea en vida o en un cuerpo celestial después de ser resucitado. Por lo que un creyente debe creer en el poder que ha sido depositado en él para así recibir todo lo que Dios tiene para él.

Si tú has recibido a Jesús en tu corazón, Dios depositó en ti Su poder vivificador, al Espíritu Santo. Él es tu ayuda para cualquier circunstancia, es Dios mismo trabajando dentro de ti para tu bien. Si en este momento existe alguna dificultad en tu vida, no es para que te desanimes ni pierdas la esperanza, sino para que Dios se glorifique por medio de Su poder. Si te hace falta salud, pídesela a Dios y Él te la dará al creerlo. Si te hace falta enterrar tu pasado, pídele a Dios que te permita discernir como Él ha cerrado la puerta de tu antigua vida y disipado tus pecados, y Él lo hará. Si te sientes desgastado por diversas pruebas, entra a la presencia de Dios y Su poder te vivificará.

Si has aceptado a Jesús como Señor y Salvador, Su poder vivificador habita en ti. Créelo.

Autor: Richy Esparza

Escrito para www.devocionaldiario.com

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