Antesala a la exaltación – Richy Esparza

Antesala a la exaltación

por Richy Esparza

antesala-a-la-exaltacionCuando comencé a trabajar estaba cursando 6º semestre de la carrera, lo cual impidió que me siguiera divirtiendo de la misma manera que mis compañeros;  y ésto en ocasiones me causaba frustración. Además que ya no estaría bajo el cuidado de mi papá, quién me dio las tablas para mi carrera. Más sin embargo yo quería perseguir mi sueño; y era tiempo de dejar el nido.

Finalmente estaba cumpliendo uno de mis sueños al comenzar a trabajar en una firma de auditoria internacional, ya que había sido rechazado en otra ocasión. Los primeros 5 meses estuve a prueba y recuerdo cómo todos mis esquemas cayeron, lo que pensaba que era, no era. Y mi jefe se encargaba de recordarme a diario todo lo que me faltaba. Hubo un lapso de 2 meses que me levantaba con dolor en las entrañas y pedía fortaleza al Señor para seguir avanzando en éste mi sueño, púes ésta vez no quería rendirme.

Estaba hastiado de rendirme ante la presión. No tenía cara para rendirme, mis padres se esforzaron para que pudiera estudiar y obtuviera mis sueños; y mi Dios había prometido Su ayuda. Así que estuve dispuesto a enfrentarlo, tuve que contrarrestar mi inexperiencia con empeño; y mi fragilidad, con temple.

Me desvelada estudiando lo que al día siguiente realizaría en el trabajo. Mi maestro fue el conocimiento;  y mi empujé, el motor que me dio la oración a mi Señor.

A los pocos meses, fui contratado definitivamente y recibí felicitaciones de mi Jefe, que al final me decía “Mi chavo el super auditor”. Lo que fue en un pequeño lapso de fuego en mi carrera, trajo bendición y exaltación.

Trabajé arduamente 4 años en despachos, mirando cómo la mayoría de mis compañeros ganaban más que yo, y trabajaban menos.

Y ésto en ocasiones me era frustrante porque yo ya quería dar el siguiente salto, más sin embargo no era el tiempo de mi Dios, Él quería prepárame bien para lo que vendría.

Acepté trabajar en un proyecto del despacho con extranjeros en diferentes minas en México, y de momento apareció el miedo, pero de nuevo avancé con la seguridad de que mi Señor pondría suficiente corazón. Pasé unos meses de nuevo por fuego y al poco tiempo fui exaltado. Una mina ofreció contratarme y dobló mi sueldo en dinero. Porque mi sueldo verdadero son las aventuras que pone Dios en mi profesión, los lugares a los que me Él me lleva y saber que no estoy desperdiciando mi talento.

Yo te invito hermano a que guerrees por conseguir tus sueños, a qué trabajes con empeño; púes recuerda que allá en el cielo no existirán más tus jornadas.

A que utilices el talento que fue depositado en ti al máximo, no le desperdicies. Aunque sientas qué estás en caos, sigue avanzando; púes tu Dios está haciendo algo grande dentro de ti.

Entrega ese extra, recuerda que tú trabajas para un Rey. Y toma todo fuego que venga a tu vida cómo una antesala a la exaltación.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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