A Él le sirvo – Richy Esparza

A Él le sirvo

por Richy Esparza

a-el-le-sirvoCuando encontré a mí Señor estaba demasiado aturdido para poder servirle como yo deseaba. Me sentía imposibilitado para ser Su instrumento pues aun era presa de mis emociones. Era tanto mí anhelo de servirle que me concedió ocasionalmente servirle en un servicio de cafetería de una comunidad de autoayuda de hombres y mujeres. Estaba tan orgulloso de poder servirle a mi Señor que cuidaba hasta el más mínimo detalle, pues yo sabia que finalmente le estaba sirviendo a mí Rey. Mí paga era ese sentimiento de utilidad, después de haber estado en el olvido.

Algunos meses después de esto, por circunstancias de la vida fui a visitar un centro de rehabilitación y pude ver las almas tristes de mis hermanos.

Y el Señor me dijo: “¿Quieres hacer una diferencia en este lugar?”, y le respondi: “Si Señor, pero aun estoy débil, y no se cómo puedo ayudarles”, y el Señor respondió: “Tu corazón lo sabrá”.

Así que comencé a ir todos los sábados a convivir con ellos y escucharles, siendo mi sorpresa que el solo hecho de escucharles mejoraba sus rostros y yo iba recuperando mi fuerza. Luego mi Señor me permitió compartirles de lo que El había hecho en mí vida, deseando que algún día pudieran conocerle como yo le conocía. Después me concedió llevarles alegría, y poco a poco volvía mi alegría. Después me concedió poder llevarles alimentos, y yo empecé a disfrutar mis alimentos. Mucha gente me preguntaba:  ¿Por qué lo haces?, y yo les respondía: “Éste es mi servicio, a Él le sirvo”.

Hoy en día en ese lugar se ha quedado Su alegría y todos los domingos aun me concede llevarles alimentos. Viajo mucho por mí empleo y aunque tal vez ande en otra ciudad, otro pueblo u otro país; me encargo de que llegue el alimento, pues aun sé a quien le sirvo. Mí Señor después me concedió compartir de lo que ha hecho en mí vida en conferencias, congresos y un programa de radio. Y al igual que con la cafetera, preparaba hasta el más mínimo detalle, y Él me empezó a pagar con más vida.

Tal vez te preguntes, ¿Quién es este cuate?, ¿Por qué tiene tanta insistencia en que lo escuche?, ¿Por qué se apasiona tanto en lo que escribe?

Y yo te respondo: “A Él le sirvo”.

Te invito a que vallas más allá, trata de buscar eso en lo que el Señor quiere que le sirvas, no simplemente por cumplir.

¿Cómo quieres que el Señor te de las multitudes, si preparas con apatía el tema de la célula, porque tienes poca asistencia?

¿Cómo quieres ser Pastor si cuando un hermano se extravía lo condenas en vez de ir a buscarlo?

Hoy te invito a que tomes tu servicio como lo que es, un servicio a tu Rey en lo poco y en lo mucho.

Escrito para www.devocionaldiario.com en Agosto de 2009

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