¿Exhortador sabio o a filo de espada? – Richy Esparza

¿Exhortador sabio o a filo de espada?

por Richy Esparza

filo-de-espadaHay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.

Proverbios 12:18

¿Te ha tocado conocer a esa persona que afirma tener el don de exhortación, más sin embargo pareciera que es un férreo guerrero del Rey David, ajusticiando a todo el que mirase con el filo de su lengua?

Esa persona que tiene la cualidad de exhibir públicamente a un hermano en pecado, y con su mirada llena de orgullo le menosprecia frente al rebaño. Y cegada por su yo, cree hacer la voluntad de el que dice es su Señor.

La palabra exhortación significa.- Advertencia o aviso con que se intenta persuadir a alguien de que haga o deje de hacer algo.

En ningún lado veo la exhibición pública o el menosprecio con orgullo.

Al contrario la exhortación debe de ser practicada como lo hizo nuestro Señor; lleno de amor y misericordia hacia el pecador. Él exhibió al pecado en la cruz, jamás al pecador. Y nos exhorta por medio de Su palabra dando consejo amoroso, púes Él condena el pecado; no al pecador, siendo que todo el que se arrepienta será salvo.

Hace unos días visité a un querido amigo en su congregación, el Pastor Sean Prafferty de la iglesia Calvary Chapel en Chihuahua Mex. Ese día me sentía oprimido porque tenía algunos días ocultando mi fragilidad, digo ocultando mi fragilidad púes un problema me estaba oprimiendo, más sin embargo no estaba muy seguro con quién platicarlo y cuando lo vi a e él; encontré alivio. Tuvimos la reunión de varones, e hicimos un ejercicio en el cual escogíamos a una pareja y nos ministraríamos el uno al otro. El Señor es muy bueno y me permitió escoger al Pastor para que me ministrara.

Como lo esperaba, el Pastor fue muy bondadoso al ministrarme, fue firme en sus consejos y muy objetivo. Hasta busco ejemplos que él había vivido para con empatía aumentar mi confianza en él. Cuando me terminó de ministrar, oró por mí. ¡Mejor que medicina para el alma!, ese día me sentí tan liviano y agradecido con el Señor por poner a Su siervo en mi camino; que no me quedó más remedio que hacer caso a la exhortación.

Yo te invito hermano a ser un verdadero exhortador y no un condenador. Si realmente amas a tu Señor; cuida a sus ovejas, no las condenes. Si realmente quieres ser instrumento de exhortación; sé sabio y tus palabras serán como medicina para el alma. Habla a solas con esa persona, y hazle saber con empatía y ejemplos palpables de la palabra lo que piensa Dios de lo que él hace o no hace.

Pero nunca seas un seudo-exhortador a filo de lengua.

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Escrito para www.devocionaldiario.com en Octubre de 2009

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