Dios honra a los que le honran – Reyna Garcia

Dios honra a los que le honran

por Reyna Garcia

dios-honra-a-los-que-le-honran“Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”.

1 Samuel, Capítulo 2: 30

Cuando me encontré con esta porción de la Biblia me llamó mucho la atención, porque da la impresión de que Dios se arrepintió de algo que había dicho inicialmente, El está revirtiendo una promesa de bendición hecha para los ancestros y descendencia de Elí!. Antes había dicho que la casa de Elí y la casa de su padre andarían delante de El perpetuamente, más ahora ya no será así, porque El va honrar a los que le honran…, Pero, porqué Dios cambió de pensar?. Como repuesta a mi pregunta, el Espíritu Santo me trajo a memoria el siguiente versículo:

Proverbios 22:4 “Riquezas, honra y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”.

Inmediatamente subraye en mi mente la palabra honra y busqué su significado en el diccionario de la real academia española, y encontré lo siguiente:

Honrar es:

1. Respetar a alguien.
2. Enaltecer o premiar su mérito.
3. Dar honor o celebridad.
4. Como fórmula de cortesía para enaltecer la asistencia, adhesión, etc., de otra u otras personas.
5. Dicho de una persona: Tener a honra ser o hacer algo.

Wow! Que privilegio! Dios ha dicho en su Palabra “… yo honraré a los que me honran”. El siendo Dios, el Grande, el Excelso, el Todopoderoso, nos va a respetar, nos va a enaltecer, nos va a premiar, nos va dar celebridad, va sentirse honrado de hacer algo por nosotros?.

Sí!. Lo hará porque El es fiel a su Palabra…

Y esto había prometido Dios a Elí y su casa, y entonces que pasó? Pues a la verdad, El sigue siendo fiel a Su Palabra y por ello es que debe cumplirse lo que dice Proverbios 22:4. La honra, es una remuneración de la humildad y del temor de Jehová, lo cual estaba faltando en la casa de Elí!.

Analizando un poco el comportamiento de Elí y sus hijos, encontramos en las Sagradas Escrituras (1er. Libro de Samuel) que ellos estaban faltos de humildad y de temor de Jehová:

1. Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Ellos aunque eran sacerdotes, no respetaban lo sagrado. Los hijos de Elí eran sacerdotes de día y por la noche pecaban con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Su vida sacerdotal era simplemente una profesión para ellos, pero no tenían temor a Jehová.

2. Los hijos de Elí profanaban las ofrendas a Jehová. Ellos se aprovechaban del cargo que tenían y obtenían la mejor parte de la ofrenda, incluso antes que fuera sacrificada a Jehová, aún por la fuerza si era necesario.

3. Elí consentía el pecado de sus hijos. Dicen las Sagradas Escrituras que incluso Elí honró más a sus hijos que a Dios, engordándolos de lo principal de todas las ofrendas del pueblo de Israel. Además Elí no reprendió a sus hijos con rigor, aun sabiendo que sus hijos estaban profanando y pecando con las mujeres en el tabernáculo, trayendo iniquidad a su casa.

Por todo esto, Dios después que había dicho que andarían delante de El perpetuamente, ahora los tendría por poco y los reduciría a humillación, muerte e incluso a ser una generación que mendigara para sobrevivir.

Contrario al comportamiento de Elí y su casa, también en el 1er. Libro de Samuel, encontramos a Ana y a su hijo Samuel que honraron a Jehová y a su vez ellos también recibieron honra.

Honra de Ana:

– Ana honró a Dios con su primera oración, cuando con humildad en su corazón le pidió le concediera tener un hijo, por el cual hizo un voto.

– Ana honró a Dios con su oración de adoración y alabanza, cuando ella llegó a entregar a su hijo al sacerdote. En ese momento ella entregó lo más grande e importante que tenía. No debió ser fácil entregar el hijo por el cual tanto había llorado!!!!, sin embargo, ella cumplió su voto. En 1ra. Samuel 2: 1-10 encontramos el cántico de Ana, donde reconoce y exalta el poder y la grandiosidad de Dios, en contraste con la debilidad humana.

Por la oración de Ana y por haber cumplido su voto, Jehová la tuvo en gran estima y la recompensó dándole honra: Después de que no podía tener hijos y que por ello recibía humillación, Dios le dio la oportunidad de concebir tres hijos y dos hijas; además la honró al ser la madre del profeta que ungió al rey David, de quien descendió nuestro Señor Jesucristo.

Honra de Samuel:

– Samuel honró a Dios con la obediencia a sus padres. El joven Samuel fue obediente y respetó la decisión de su madre, que lo consagró a Jehová, (apartó para propósitos divinos) desde antes que naciera. Samuel pudo haber hecho lo mismo que hicieron los hijos de Elí que desobedecieron a su padre y no oyeron su voz, sin embargo dice la palabra él ministraba a Jehová en presencia de Elí.

– Samuel honró a Dios con su entrega. Este joven ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino, el cual simbolizaba su oficio sagrado, todo lo contrario de los hijos de Elí que siendo sacerdotes llevaban una vida de impíos ante los ojos de Jehová.

– Samuel honró a Dios cuando escuchó Su voz y aceptó el llamado a Su propósito (al de Jehová) y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

Por la obediencia y entrega de Samuel, recibió la honra de Dios, ya que las Sagradas Escrituras dice que lo hizo profeta, acepto delante de El y delante de los hombres, cuando en aquellos días la palabra de Jehová escaseaba y no había visión con frecuencia, además lo honró con Su presencia (por causa de Samuel Jehová volvió a aparecer en Silo), y todo Israel lo reconoció como fiel profeta de Jehová.

De Ana y Samuel hemos aprendido que Dios sabe honrar a los que les honran, mucho más allá de lo que nos podemos imaginar.

Escrito está:

Isaías 55
55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Si hay un problema en tu vida y crees que no tiene solución, acércate a Dios en oración como lo hizo Ana. Esta mujer tenía un gran problema que a los ojos humanos no tenía solución, ella no había podido tener hijos y oró por uno, sin embargó Dios le dio la oportunidad de ser madre de varios.

“Ese problema que hoy te está molestando, es la oportunidad que debes aprovechar para honrar a Dios y a su vez serás honrado por El”.

Ora como Ana y Obedece como Samuel, pero no lo hagas por tu necesidad sino hazlo para que se cumpla el propósito de Dios en tu vida.

Si haz hecho votos a Dios, cúmplelos como lo hizo Ana y si tienes el llamado de Dios, que tu entrega sea sincera como fue la de Samuel.

Honra a Dios y El te honrará…

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