Tú no eres velero movido por las circunstancias – Blanca Rosa Valles Beltrán

TÚ NO ERES VELERO MOVIDO POR LAS CIRCUNSTANCIAS

por Blanca Rosa Valles Beltrán

veleroJimena dedicó la media hora de camino a platicar con su Padre, oró y se gozó en él. Pero al llegar a la oficina se encontró con quien fue su esposo hasta octubre del año pasado y con su nueva acompañante; éstos bajaron de su carro y sonreían entre sí al verla. Coincidieron en la entrada a su trabajo, a un metro de distancia y en ese momento mil pensamientos encontrados vinieron a su mente, el enemigo quiso tomarla presa, sintió molestia, enojo y muchas cosas más.

¡Qué paradójico! Minutos antes en el camino le había reiterado a Dios que lo ama, que su mayor anhelo es vivir en su presencia, en fin, que él es lo más importante para ella; sin embargo, en el incidente relatado lo negaba con sus pensamientos. Fue una lucha interna rápida, Satanás está al asecho y no quiere que ella tenga esa demostración de afecto con su Señor, quiere romper esa comunicación y que falle, por eso en fracción de segundos apareció y pretendió contrariarla.

Lo anterior motiva en mí la siguiente reflexión: ¡Qué fácil es decirle al Señor te amo, cuando todo está en calma! Pero qué difícil a veces sostener ese amor cuando enfrente tenemos pruebas y ello no porque concientemente no lo amemos sino por que permitimos que las circunstancias no gratas entren a nuestro lugar más íntimo que le pertenece a él únicamente, como es nuestra mente y espíritu, y damos cabida a pensamientos de desánimo, molestia, dolor o rencor.

El amor a Dios es fácil decirlo, pero será sincero si tú y yo permanecemos en él cuando hay pruebas, lo más fácil es dar cabida a pensamientos mundanos de cualquier tipo, pero ahora que somos hijos de Dios ya no podemos estar en ese plano, sino que ese amor debemos demostrarlo con un comportamiento que le agrade, pues de lo contrario lo estamos negando; por tanto, mis emociones no pueden ser objeto de las circunstancias como velero que lleva el viento, sino que deben estar sujetas a la paz y gozo en Cristo Jesús, ya que imitando a este es como hacemos su voluntad y al hacer esta, es que demostramos que nos esforzamos por agradarle y con ello que le amamos, pues es inútil decirle a alguien que lo amas si no te interesa agradarle. “Transforma tu patrón de pensamiento, que se llene de Dios y nada te turbará y si no puedes por tus fuerzas, pide en el nombre de Jesús y el Señor te dará esa mente nueva que necesitas.”

Te amo en Cristo.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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