Subiendo Cuestas – Rene Pleitez

SUBIENDO CUESTAS… SE SIENTE Y SE SABE CUANDO SE CAMINA EN LO PLANO

por Rene Pleitez

bicicleta“Porque aún un poquito y el que ha de venir vendrá y no tardará”

Hebreos 10:37

En la vida cristiana encontramos montañas que pensamos son tan altas que no podremos vencerlas, la frase que he utilizado para esta reflexión la recibí en un correo hace un tiempo atrás, cuando necesitaba una palabra de aliento y ánimo y hoy quiero compartirla con todos ustedes.

Las situaciones difíciles de la vida no pueden vencer a un cristiano, es cierto, cuando estamos atravesando conflictos que se salen de nuestras manos no creemos en que Dios nos sacará adelante, es más, llegamos a reclamar por esos conflictos, ya sean personales, familiares, ministeriales, de cualquier índole, sentimos ir en una cuesta tan inclinada que no podemos vencerla.

Recuerdo que cuando era niño había una cuesta que desde mi perspectiva no podía subirla en mi bicicleta, siempre me bajaba de ella y la subía a pie, hasta que un día, y con un poco de años mas, logré vencerla sin dificultad.

Las cuestas en nuestra vida son las pruebas que en la voluntad permisiva de Dios llegan a nuestras vidas, recuerda que Dios nunca pondrá una prueba que no puedas sobrellevar, debemos de aprender a “subir esa cuesta” no en nuestra fuerzas, por que como dice Juan capitulo 15 “SEPARADOS DE DIOS NADA SOMOS”.

No me puedo imaginar quien inventó llamar a los caminos inclinados “cuestas” pensando en el significado que esa palabra tiene en nuestro lenguaje común “eso mucho cuesta” “no podré porque cuesta” “no saldré adelante por que cuesta” “mucho cuesta estudiar”… y el camino inclinado al querer subirlo cuesta.

Lo bueno es cuando nos encontramos arriba y volvemos a ver la cuesta en la parte inferior nuestra, la vemos con satisfacción de haberla vencido.

La vida del cristiano es similar debemos de aprender a llevar nuestras “cuestas al Rey” y cuando pasen poder darle la gloria al que nos fortaleció para vencer esa situación que se salía de nuestras manos, por esa enfermedad que vencimos, por ese grado académico que nos costó, por esa materia en la universidad que yo solo no podía, por esa carga laboral que no podía con ella, en fin muchas “cuestas” en nuestra vida que al “CAMINAR EN LO PLANO” se siente la diferencia y se reconoce que el terreno es diferente.

El meollo de esa reflexión es que cuando camines por la senda plana o el camino plano no te olvides quien te ayudó a subir esa cuesta que pensaste nunca podrías pasar de ella, Dios permite que en nuestro camino encontremos caminos difíciles de transitar para que nos apoyemos en Él podamos transitarlos, no sin dificultad, pero sí con mucha fortaleza.

Espera en Dios que quiere ayudarte con tus cuestas

Escrito para www.devocionaldiario.com

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