Momentos – Juan Carlos Vidal

MOMENTOS

Hay momentos dulces, hay momentos tiernos, hay momentos grandes, hay momentos pequeños, hay momentos altos, hay momentos anchos, hay momentos inolvidables, hay momentos memorables, hay momentos lindos, hay momentos especiales, hay momentos felices, hay momentos inquebrantables, hay momentos tristes, hay momentos inalterables, hay momentos insuperables y hay momentos inexplicables… como ahora.

Toda nuestra vida se compone de momentos, algunos llegan a ser la expresión absoluta de la felicidad, pero siempre está el lado contrario, la expresión absoluta de la tristeza.

Pasamos de momentos en momentos, tratando de vivir una vida agradable para Dios. Un día estamos seguros de lo que tenemos y al otro día, en tan solo un momento, todo cambia de la manera más abrupta, sin pedirnos permiso, sin carta de invitación, sin previo aviso; solo cambia, y cambia todo lo que creíamos seguro, en un solo momento.

Hay momentos en los que, como ahora, no entendemos porque hay momentos los cuales son tan difíciles de explicar, momentos en los que la vida da un giro de 180° y quedamos de espaldas a la realidad. Momentos incomprensibles.

Dios tiene definitivamente un propósito, eso es seguro, pero todos en algún momento nos hemos preguntado ¿Por qué está pasando esto? Y hemos dicho “Dios por favor ayúdame, porque no entiendo nada de lo que está pasando en este momento”, momentos inciertos, momentos desiertos.

Sé que muchos, por no decir todos, que en este momento están leyendo esto, sienten impotencia en algo, en alguna área, por no poder comprender que es lo que pasa, cual es el propósito, que es lo que Dios quiere. Momentos pensantes, momentos creyendo.

Es completamente cierto que Dios es el dueño absoluto de nuestras vidas, pero no todo lo que nos pasa en aquellos momentos es porque Dios tenga algo que ver. Algunos de nuestros momentos son provocados por nosotros mismos, por nuestras actitudes, por nuestra incredulidad, por nuestra desobediencia, por nuestra falta de fe; por eso siempre hay que preguntarnos si estos momentos no son culpa nuestra y examinar en que momentos hemos hecho algo para que esto ocurra. Momentos premeditados, momentos inminentes.

Hay momentos que salen de la nada, que llegan de sorpresa y cambian todos nuestros planes; momentos que no pensamos volverían, momentos que no esperamos en la melancolía, momentos que negábamos, momentos que estaban borrados; pero que cuando menos lo pensamos, momentos que aparecen, momentos insolentes.

Para todos los que están pasando por momentos de tristeza, porque para la felicidad no hay cura; Dios es fiel, amigo, Señor, Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente, Omnividente, y él nunca nos ha dejado solos, ni lo hará, mientras tengas claro que él es el Señor de tu vida.

Jesús también paso por momentos de suprema felicidad, y de absoluta tristeza; tanto que llego un momento en el que lloro lágrimas de sangre, cosa que ni tú ni yo hemos hecho. Por eso Jesús comprende exactamente nuestras lágrimas y nuestro dolor en esos, aquellos, o estos momentos. Si sientes que ya no puedes más, ve y póstrate ante Jesús, estoy seguro que él sabrá entender perfectamente lo que te pasa en este momento. Momentos amorosos, momentos solos.

Indiferentemente de quienes seamos, donde estemos, donde leamos esto; todos, absolutamente todos, estamos pasando por momentos; pueden ser felices, tristes, amargos, acompañados, solos, grandes, diminutos, lejanos, cercanos, pero son momentos. ¿Cómo estás en este momento? Te pido que mientras lloras, siente el abrazo poderoso de Dios que siempre ha estado y estará en todos tus momentos, a pesar de que creas que se ha ido y te ha dejado solo, a pesar de que no veas que esté actuando, Jesús siempre estará en todos estos momentos, en todos y en cada uno de ellos. Momentos callados, momentos silenciados.

Si en este momento sientes que ya no puedes más, ¡Detente por un momento!, arrodíllate y habla con Jesús, llora a su lado, llora en sus piernas, desahógate, dedica un momento para contarle porque en este momento te sientes así, que está pasando, que quieres, que no entiendes… y comienza a sentir como en ese momento todo se va dispersando, el sol comienza a salir, las nubes se alejan, la lluvia cesa, los pajaritos cantan; Dios ha pintado un nuevo día para ti, en este mismo momento, abre tus ojos y mira el firmamento, el cielo totalmente despejado, todo se ve con claridad… Jesús te dice: “Hijo mío, al igual que tú, yo también pase por momentos de angustia, yo también camine sintiendo que no podría más. Sé exactamente lo que estás pasando, se exactamente lo que estás viviendo, sé que ya no puedes más… pero ¡mírame a mí! Aquí estoy yo para ti, para comprenderte, para ayudarte, para alentarte a seguir adelante, para sostenerte, para amarte, para decirte que en todos y en cada uno, en los fáciles y en los difíciles, ahora, mucho más ahora, estoy en estos momentos a tu lado. Sé que me necesitas y nunca te dejaré, nunca te abandonaré. Confía en que yo estoy y estaré en todos tus momentos. Te amo”

A pesar de que no entendamos este momento, sigamos caminando, sigamos adelante, porque un día veremos a Dios y podremos correr hasta él y decirle, gritarle… “¡Gracias Dios por haber estado en todos esos momentos…!” y lloraremos abrazándolo para siempre.

“Gracias Dios por esos, aquellos y estos momentos, aunque no comprendamos lo que pasa ahora, aunque no entendamos muchas cosas, sabemos que tú estás a nuestro lado. Guíanos, tómanos de tu mano y no nos sueltes nunca, ayúdanos a ver más allá, y a entender cuál es el propósito con todo esto, aunque ahora no lo veamos, creemos. Gracias por todo. Gracias por ser nuestro Dios. Regálanos tu bendición absoluta ¡en este momento!”

Mientras Dios esté con nosotros en cada momento, seguiremos adelante; y yo no sé ustedes pero… 

“…En cuanto a mí, te cantaré por la mañana; anunciaré a voz en cuello tu amor y tu poder. Pues tú has sido mi protección, mi refugio en MOMENTOS de angustia” 

Salmo 59:16

Hay momentos inexplicables, hay momentos insuperables, hay momentos inalterables, hay momentos tristes, hay momentos inquebrantables, hay momentos felices, hay momentos especiales, hay momentos lindos, hay momentos memorables, hay momentos inolvidables, hay momentos anchos, hay momentos altos, hay momentos pequeños, hay momentos grandes, hay momentos tiernos y hay momentos dulces… como ahora.

Autor: Juan Carlos Vidal

Escrito para www.devocionaldiario.com

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