Cultivar el amor verdadero – Stefanie Alemán

Cultivar el amor verdadero

por Stefanie Alemán

cultivar-el-amor-verdaderoEstablecemos relación con nuestro Señor por medio de la verdadera comunicación Lucas 11: 9-10, con entendimiento y claridad para cada una de nuestras peticiones. Cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón y somos introducidos a su reino vemos que es necesario día a día mantenernos firmes en sus caminos, mantenernos en oración por que de ello depende que mi relación con Dios madure y saque lo mejor de si. Así mismo en el compromiso matrimonial es elemental mantener una verdadera comunicación, para poder ser entendidos uno con el otro, decir lo que siento con claridad y paciencia ante la respuesta de mi cónyuge, hablar directamente con mi pareja pues es precisamente con quien tenemos quien aclarar nuestro problema de pareja, como tal. Tal como nos dirigimos con nuestro padre celestial y a su palabra, su consejo ante toda circunstancia, es decir, es una comunicación directa con el padre.

Recordemos que a pesar de nuestro pasado, en Cristo nuevos seres somos y debemos cultivar un nuevo amor, “el verdadero amor”. Es ciertamente como una planta delicada que necesita ser cuidada y cultivada con esmero y dedicación. Y a decir verdad, sólo si tenemos a Dios podremos manifestar el sublime amor que hará que el matrimonio perdure a toda prueba.

Ese amor es sufrido, sin malinterpretar esta frase quiere decir, que tiene larga tardanza en enojarse a toda prueba. Conserva la paciencia a través de las más violentas tormentas de la vida.

Ese amor es benigno, Está activamente interesado en el bienestar de la persona amada y se ocupa diligentemente en rodearla de actos de bondad.

Ese amor no tiene envidia. Como siempre desea lo mejor en la persona amada, no hay acción o posesión de ésta que le despierte envidia o celos. Platicar este punto con nuestra pareja seria necesario ante la situación de hacerle ver lo que yo siento con la situación que como pareja están viviendo, aunque tal ves nuestra pareja no vea mi problema como problema. Pero por otra parte tomar en cuenta que este amor no es posesivo ni permite que los celos arruinen la belleza de la relación.

Ese amor no es jactancioso. No permite que las acciones de sus manos o las palabras de su boca proclamen el mensaje de la exaltación propia. Es decir, en ocasiones es necesario aplazar respuestas para no dar respuestas que traigan consigo más problemas.

Ese amor no se irrita. Nunca permite que pequeñas o grandes cosas le hagan perder la paz. No se ofende con rapidez. No da lugar a la ira. Cuando conocemos a Dios y su palabra sabremos que el se encarga de hacer justicia y aleja el mal de nosotros, por ello depositar nuestra confianza en todo momento no solo traerá consigo paz si no bendición y recompensa.

Ese amor no guarda rencor. No toma en cuenta el mal ni piensa en el. No guarda resentimientos. La palabra de Dios dice: pensamientos de bien y no de mal lo que nos lleva a nuestro siguiente punto que dice:

Ese amor todo lo cree. Ejercita fe en toda circunstancia, nunca perdiendo la esperanza en Dios; La mantiene a toda costa. Tiene la habilidad de ver no lo que es sino lo que puede llegar a ser.

Ese amor todo lo soporta. Todo lo tolera. Nunca se desanima. Sabe ejercitar una paciencia insondable, inefable, sublime.

Ese amor nunca deja de ser. Nunca muere. Nunca falla. Es eterno

Como en un principio lo mencione. La oración es nuestra llave, que abre una comunicación con Dios y así mismo su respuesta, la oración es imprescindible tanto para pedir que aleje todo mal de nuestro camino, comenzando por nuestros pensamientos que en muchas ocasiones solo lograr agobiarnos más y llevarnos a perder de vista lo importante y así mismo que deposite corazones abiertos a escuchar.

Solo es cuestión de creer que cuando depositamos nuestra confianza en Dios absolutamente todo gira a nuestro favor.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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