¿Estás listo para servirle a Dios? – Reyna Garcia

¿Estás listo para servirle a Dios?

por Reyna Garcia

estas-listo-para-servir“Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye”. (1 Samuel 3:10)

Aunque no siempre podremos escuchar la voz audible de Dios que nos llama por nuestro nombre (Juan, María Pedro, Martha, Mateo, Lázaro, etc), como en el caso del versículo anterior, en verdad de una u otra manera Dios nos llama a diario y de diferentes maneras. Y nuestra repuesta debe ser como la del joven Samuel: “Habla, porque tu siervo oye.”

Ciertamente no todos somos llamados a vivir al servicio completo a la obra de Dios, como el caso de un Pastor, sin embargo, todos somos llamados a predicar el evangelio.

Este llamado específico está en:

Marcos 16:15

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

El versículo anterior también lo conocemos como “La Gran Comisión” y es un mandato dado por Jesucristo después de su resurrección y antes de su ascensión al cielo, pero a su vez es el deseo de Dios, porque Su Voluntad es que todo ser humano venga al conocimiento de la verdad y sea salvo.

Por un tiempo humanamente este mandato se les otorgo exclusividad a pastores, sacerdotes o líderes religiosos. Hoy en día se ha cambiado mucho esta forma de pensar y ahora creemos que “todos” debemos predicar el evangelio (lo cual es muy cierto), sin embargo, hay algo muy importante que con frecuencia olvidamos: “para predicar el evangelio, primero tenemos que vivirlo.” Con esto, “todos”, ya no es tan así, ya se vuelve en “unos cuantos”. Bueno me diría alguien, pero eso no dice la Biblia. Ciertamente así de claro no está escrito, pero el evangelio es vida conforme a la voluntad de Dios y si tu vida no ha sido transformada, que podes predicar?

El evangelio no es una obra de teatro o cine en la que vamos actuar, tampoco es una profesión que nos requiera determinadas horas de trabajo; el evangelio debe ser nuestro estilo de vida diaria, en todo lugar y a toda hora!.

Dios está interesado en lo que hagamos para predicar el evangelio, pero también está interesado en nosotros de manera personal. Es decir, “no solo es importante el HACER, – sino también el SER”.

Por esto debemos de trabajar a diario en nuestro ser, además de hacer lo que Dios nos demanda de predicar el evangelio a toda criatura.

Del joven Samuel al que hemos tomado como ejemplo en esta reflexión, podemos aprender tres importantes características en su vida, cuando él fue llamado por Jehová a su servicio (Leer 1ra de Samuel):

1. Ser obediente a Dios y a nuestro padre espiritual en la tierra (Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí)
2. Tener una cercana relación con Dios (Samuel crecía delante de Jehová)
3. Debemos preocuparnos por crecer espiritualmente (Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres)

En realidad las características de un siervo de Dios pueden ser mucho más que estás tres, pero quisiera dejar en tu memoria estas que encontramos en el joven Samuel, quien llegó a ser el primer profeta del pueblo de Israel y que por su fidelidad hizo que la presencia de Jehová volviera aparecer en Silo. (Leer 1 Samuel 3:20-21)

Ahora te hago dos preguntas:

¿Cómo está la Presencia de Dios en tu vida en este momento?
Si crees que Su Presencia se ha ido de tu vida, te invito a examinar estas tres características del joven Samuel y responderte cual de ellas te hace falta…

¿Estás listo para servirle a Dios?

Dale tu repuesta a El.

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