¡Vive y disfruta lo que Él dice de ti! – Arlene García Holguín

¡Vive y disfruta lo que Él dice de ti!

por Arlene García Holguín

nina-orando“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…” 1 Pedro 2:9

El deseo de Dios para su creación es que todos puedan conocerle. Vivimos en tiempos privilegiados en los cuales podemos disfrutar de todo lo que Él es. Se nos facilita encontrar información que nos hable de Dios, de su plan, propósito, planes.

Día a día nos da nuevas oportunidades y cuando en Su palabra nos llama escogidos, es depositada sobre nosotros una enorme responsabilidad ya que nos hace parte de Su reino. Todo es con el propósito de anunciar al mundo las virtudes que vivimos ahora y que por su amor Él ha borrado nuestro pasado y lo mejor es que nunca se acuerda de el.

Dicho reino tiene una medida y es necesario que como su creación, aprendamos a vivir de acuerdo a sus estatutos y ordenanzas. Si bien es cierto, ¡ahora vivimos en un tiempo de gracia! Lo cual permite que todos los procesos que atravesemos en nuestro diario caminar sean mucho más fáciles. Por lo tanto, ese reino no se ajusta a nuestra vida, sino que nosotros nos ajustamos a el. Permite que el poder de Dios cambie tu vida, incomódate con la forma en la cual has vivido hasta hoy; cuando dejas que Él actúe, empiezas a reflejar Su gloria y a transmitirla hacia los demás.

Es cierto que este proceso es doloroso, pero vale mucho la pena. Es necesario cambiar la mentalidad de conformismo, pobreza y todos aquellos estilos de vida que te han mantenido en una prisión. Recuerda que somos hijos de Dios y coherederos con Cristo; por lo tanto, ricos en amor, gracia y poder.

Sé que dentro de tu corazón está ese anhelo ferviente por conocer más de Dios, no temas, acércate a Él. Sanará cada una de tus heridas, borrará todo eso que traía dolor y frustración en tu vida, te presentará la oportunidad de que seas levantado(a) nuevamente, pero la diferencia es que ya no serás la misma persona. En este preciso instante Su mirada está sobre ti, atendiendo tú súplica. No eres esa persona que los demás descalificaban y humillaban. Eres un Príncipe o Princesa de Dios. Créelo porque eso es lo que Él dice de ti. Fuiste formado con mucho tiempo y Dios pensó cada detalle que te caracteriza.

¡FUÍSTE COMPRADO POR UN GRAN PRECIO, NUNCA PIERDAS TU POSICIÓN DE PRÍNCIPE O PRINCESA!

Escrito en Enero de 2010 para www.devocionaldiario.com

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