El ODIO es un veneno que te tomas tú – Paula Andrea Vega

El ODIO es un veneno que te tomas tú, esperando que el otro se muera…

por Paula Andrea Vega

odioCuenta la historia que en pueblo, se hacía competencia de carreras y siempre llegaban a la meta los mismos dos hombres uno en primer lugar y el otro de segundo cada año. Él que llegaba de primero se convirtió en un héroe, en un ejemplo a seguir en un orgullo y por eso el encargado del pueblo puso un monumento en la plaza central del ganador para hacerle un homenaje.

El que llegaba de segundo, se lleno de rencor y su soberbia lo llevó a no se prepararse más para ganar en el siguiente año . Su tiempo lo ocupó planeando destruir la figura esculpida del otro.

Todas las noches se iba con un cincel, se percataba de que no lo vieran y muy sutil pero con decisión dañaba el monumento quitando pedazos de yeso. Lo cegó tanto su resentimiento que no se daba cuenta que estaba por derribarse el monumento y una de esas noches le cayó encima y lo mató.

Al otro día los titulares eran vociferados por los vendedores de prensa que corrían por la calles del pueblo, gritando repetidamente ¡Looooo matoooooó la enviiiiiidiaaaa!….

¿Que es eso?…
La envidia es definida por la real lengua española como sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. Es decir lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero posea sino la felicidad de esa persona. También es el deseo de poseer algo que otro posee sin importar los medios.

La biblia dice “Es cierto que al necio lo mata la, ira. Y al codicioso lo consume la envidia”, Job 5:2; “He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu” reza Eclesiastés 4:4. Y existen muchas más.

En conclusión el envidioso le busca defectos a los bienes, a las cualidades, a los logros de otros, incluyendo a su propia familia. Eso lo lleva a hablar mal, a mentir, a encontrarle fallas a los demás, y nunca destaca las cualidades y bendiciones de amigos, hermanos, jefes, compañeros etc. Al envidioso lo destruye su resentimiento.

Lector, tus logros son una bendición, son el premio a tu perseverancia, a tu esfuerzo, a tu buena diligencia. Al que tiene la gracia y el poder de Dios todo le sale bien aun cuando los demás busquen arruinar su imagen. Porque al que bien actúa, bien le va. No te dejes afectar por las palabras necias o dulces con carga de indisposición de quienes no soportan tu triunfo, tu naciste para cabeza y no cola.

También evalúate y piensa hasta donde llega tu sentir cuando al otro le va bien, que sientes, cuando ves que tu bendición se demora mientras los demás gozan de el resultado de sus esfuerzos.

Si reconoces que tienes esa debilidad, Dios te dice, libérate para que puedas ver la victoria que te espera adelante a Ti y sólo a Ti.

Recuerda que “al árbol con frutos es al que le tiran piedra, pero el marchito es ignorado”

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Visita el blog de Paula Andrea Vega: www.levantatusmanos.blogspot.com

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