Para aquellas parejas que anhelan ser padres – Marisela Ocampo Otálvaro

Para aquellas parejas que anhelan ser padres

Para-aquellas-parejas

Como he mencionado en algunos devocionales, sólo hasta el año 2010 (hace cuatro años), Dios por su gracia y bondad nos concedió a mi querido esposo y a mí, la dicha de iniciar una relación genuina con Él por medio de su Hijo Jesucristo. Desde entonces, cada necesidad o anhelo de nuestro corazón reposa en la voluntad del Señor.

Uno de esos deseos es el de tener un hijo(a), mi esposo y yo fuimos novios por siete años y ahora llevamos siete años y medio de casados, y para gloria de Dios nuestro matrimonio ha sido una tremenda bendición.

El hecho de que aún no hayamos tenido la experiencia de ser padres, no significa que nuestro hogar esté incompleto o carezca de felicidad. Dios en su infinita sabiduría nos ha enseñado a valorar cada bendición que hemos recibido de su parte, nos ha instruido para ser agradecidos en todo tiempo y especialmente reconocer que la plenitud de gozo sólo la encontramos en Cristo Jesús. “Pues donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón”. Mateo 6:21 (Palabra de Dios para Todos). Ahora, no puedo negar que en un tiempo nuestro corazón se entristecía y se angustiaba porque no conseguíamos ser padres; sin embargo, todas esas experiencias de dolor nos llevaron a comprender cuán inexplicable y maravillosa es la soberanía de Dios.

No faltó que en algún momento nos encontráramos con personas imprudentes e insensatas que hablaban de más y sin importarles el dolor que podíamos sentir proclamaban necedades con sus labios; entre ellas: “qué pasa, a ver el hijo(a)” como si fuéramos maquinitas de hacer juguetes, otros proclamándose hijos de Dios nos decían: “ustedes están en maldición, en pecado, por eso no han podido tener hijos” como si nunca hubieran entendido lo que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz “Cristo en verdad nos ha liberado, Gálatas 5:1ª; mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” Isaías 53:5ª”, y otros tantos hacían bromas pesadas, aunque no nos generaba ningún tipo de resentimiento porque sabíamos que lo hacían en medio de su ignorancia y no con mala intención; sin embargo, todos esos malos comentarios los rechazábamos porque es en la palabra de Dios en la que creemos y sólo a su palabra damos lugar en nuestras vidas. Para estas personas, el perdón en nombre de Jesucristo y la petición a Dios para que derrame sobre ellos su amor y misericordia.

Una y otra situación hemos afrontado con respecto a este tema, pero gracias a Dios ninguna de éstas ha deteriorado el amor que existe entre mi esposo y yo, un amor que nos ha regalado el Señor para fortalecernos y crecer cada día en santidad, justicia y verdad según su voluntad. ¡Gloria y honra a nuestro Salvador por la gracia que nos ha concedido!

Sé que existen muchas parejas en nuestra misma condición y una de las primeras alternativas que consideran algunas de ellas al no lograr este propósito, es el divorcio. ¡No amigos! esa es una terrible decisión, recuerden que el pacto (matrimonio) que hicimos ante los ojos de Dios es sagrado y no puede ser anulado por ningún hombre. No olvidemos las promesas que nos hicimos de permanecer juntos en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, etc. El no tener hijos no puede ser una excusa para abandonar nuestro compromiso y dejar de amar a nuestro esposo(a); al contrario, es cuando más unidos y fortalecidos debemos estar. “Por tanto lo que Dios ha unido, que ningún ser humano lo separe”. Marcos 10:9 (Palabra de Dios para todos). El verdadero amor se prueba en medio de las dificultades y es ahí cuando más se evidencia la calidad de amor que decimos tener por nuestra pareja.

Otras personas se sienten culpables y la manera de castigarse es precisamente asumiendo el papel de víctimas y sacrificadas, entonces su idea del divorcio se hace más intensa, cuando es sólo una mentira de Satanás, una puerta que destruirá sus vidas, su hogar.

Amigos, la palabra de Dios dice que uno de los propósitos del matrimonio es la fructificación y la multiplicación (Génesis 1:27-28). No podemos perder la esperanza, no podemos perder la fe, debemos seguir orando de manera persistente hasta que el Señor nos lo permita. Dios nos ha regalado la más grande y valiosa bendición: la salvación, el perdón de nuestros pecados, el rompimiento de toda cadena de maldición que reposaba sobre nuestras vidas, la libertad y el precioso regalo de la vida eterna por medio de su Hijo Jesús, ¿Habrá algo imposible para el Señor? ¡Claro que no! No pierdan la fe, no desmayen pero tampoco se afanen. Confíen todo en las manos de Dios y descansen en su perfecta soberanía, con toda certeza a Él nada ni nadie le podrá impedir darnos un hijo(a) si es su voluntad.

No importan los diagnósticos, los “por qué” no resueltos si todo está bien o las diferentes dificultades que se puedan presentar, Dios es TODOPODEROSO y en su tiempo, según sus propósitos obrará. Él nunca nos deja sin respuesta, de eso estoy completamente convencida porque confío en el Señor y en sus promesas; Él es fiel, Él nos da la paz, el regocijo y la plenitud que necesitamos en Cristo Jesús independientemente de que nuestros anhelos sean o no concedidos. Lo importante es que permanezcamos firmes en Él y vivamos alineados a sus designios; su voluntad es buena, agradable y perfecta, sus pensamientos más altos que los nuestros y sus caminos mucho más extensos. El Señor obra de manera idónea y sabia en nuestras vidas, dejémoslo obrar y gocémonos en su voluntad. A lo mejor, si dejan de afanarse por pretender lograr lo que hoy es el tesoro de su corazón (quizá ese hijo(a) que anhelan) y más bien, le dan ese lugar a Jesucristo, al Señor; sus deseos pueden ser añadidos en el momento menos esperado.

“Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito”. 

Romanos 8:28 (Palabra de Dios para Todos).

¡Asegurémonos de que sea Jesucristo quien ocupe el trono de nuestro corazón y nunca dejemos de confiar en Él!

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro

Escrito para www.devocionaldiario.com

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Share

Comparte:


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: