Guardarás el Día de Reposo – Maryuris Torres Urueta

Cuarto Mandamiento: “Guardarás el Día de Reposo”

por Maryuris Torres Urueta

biblia-estructura“Guardaras el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajaras y harás toda tu obra; Mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que esta dentro de tus puertas, para que descansen tu siervo y tu sierva como tu. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te saco de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te a mandado que guardes el día de reposo”.

Comenzaré por decirles que de los siete días que tiene la semana, el Señor solo nos pide un día para que se lo dediquemos a él, específicamente el séptimo. Porque el Señor trabajó 6 días y el día séptimo descansó. (Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó (Éxodo: 20:11.)

El Señor es tan bello y tan maravilloso. Cada día lo amo más al ver el gran amor que siente por cada uno de nosotros. Él nos cuenta a través de las Sagradas Escrituras que hizo nuestra bella tierra, los cielos, todos los animales, los árboles, el mar, las estrellas, la luna y el sol. Estoy segura que ellos no querían parar de hacer su hermosa obra hasta terminarla, para poder hacernos a nosotros los hombres y poder observar las maravillas de su bella creación.

Pasa por mi mente, que él estaba entusiasmado porque todo esto lo hizo él para que nosotros sus hijos pudiéramos disfrutarlo y gozar de todo lo hermoso que él creó. Seguro que cuando el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo diseñaron la creación pensaron en sorprendernos. En que tuviéramos razones suficientes para creer que había una presencia Suprema que rodeaba y había creado todo cuanto existe en el mundo.

Dios es tan bueno que ¿saben ustedes para qué él quiere que nosotros guardemos el día de reposo? Para que descansemos, porque él nos pide estar en Su presencia. Que lo busquemos en ese día, el sabe que trabajamos toda la semana y que nos cansamos porque trabajar en este mundo es muy difícil en todos los sentidos.

Ya sea que trabajemos en una oficina donde nos dan órdenes todo el día o si trabajamos por nuestra cuenta. Si somos médicos o si somos amas de casa (que creo que este es el trabajo más pesado que pueda haber porque somos las primeras que nos levantamos y las últimas que nos acostamos), tenemos que estar al pendiente de todo en nuestra casa. Ordenamos y nos desordenan, todo lo tiran y siempre estamos caminando de un lado para otro en la casa, pendientes de que todo este en orden. Por lo tanto físicamente nos agotamos sea cual fuere nuestro trabajo, así haya unos que sean más pesados que otros, pero igual nos cansamos.

Y Dios solo nos pide que tomemos ese día especial primero para bendecirnos, porque el séptimo día él lo bendijo. Todo el que viene a él en ese día especial, lo que va a encontrar es descanso y bendición. Por cuanto esta obedeciendo un mandato de Dios. Y es tan hermoso, que nos pide que todas las personas que vivan con nosotros, o nos visiten, en ese día especial también descansen. Él nos ordena que hasta los animalitos tienen que descansar, que no le pongamos cargas en ese día de reposo, si no como la palabra lo dice, que reposemos, que descansemos, y lo principal, que el descanso a parte de ser físico, sea del corazón, del alma del espíritu. Porque también nuestros sentidos se cansan, nuestra alma y nuestro espíritu se agobian y el Señor también quiere que aparte de descansar, meditemos todo lo que hicimos durante esa semana de trabajo. Que miremos qué hicimos mal y así poder corregir las fallas y errores que cometimos en esos días. Errores que quizás, fueron producidos por las muchas cargas que tenemos en toda la semana, por el estrés que sentimos en nuestros trabajos.

Él quiere que ese día santo, lleguemos donde él y le digamos: “Señor llévate mis cargas, quiero descansar en ti. Señor me encuentro muy cansado de tantos problemas, de tantos compromisos, de las muchas obligaciones que tengo a mi cargo, pero se que tu Señor me amas y no quieres verme agotado. Lléname de ti para que mi alma y mi cuerpo físico puedan descansar, recibir el refrigerio para continuar una nueva semana llena de energías y de ánimo. Para poder estar lleno de tu hermosa presencia y poder volver nuevamente en este día especial de reposo a encontrarme nuevamente contigo, para que tu recargues mis fuerzas y me des el refrigerio espiritual que tanto necesito”.

Hermanos, solo en Dios podemos descansar, a nadie más podemos recurrir. Tan solo él es el que tiene el suficiente poder para llevarse todas nuestras pesadas cargas. No podemos depositar nuestras cargas en ningún ser humano, seria algo injusto, porque todos en general, tenemos muchas cargas pesadas, y si no podemos con las de nosotros, mucho menos podemos con las de los demás. Pero la Biblia dice: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas; Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”.

¿Vieron hermanos que el mismo Señor nos pide que descansemos en él y depositemos nuestras cargas en él que para el es fácil llevarlas? Él es suficientemente Poderoso para poder con las cargas de quienes acuden a él con humildad y con ganas de recibir de su infinito amor. Él se lleva las cargas de quien obedece sus mandamientos y de quien guarda su día santo, porque en ese reposo está él descansando junto con nosotros, bendiciéndonos con su poder y su hermosa compañía. Por eso es importante guardar el día de reposo, porque en ese día en especial el Señor se lleva nuestras cargas, nos alienta, nos renueva y nos llena para seguir nuevamente llenos de bendiciones, una nueva semana.

El Señor quiere que en el día de reposo le cantemos, lo adoremos y no solo que le pidamos. Es menester nuestro también darle nosotros a él porque aunque no lo creamos el Señor también nos pide a nosotros que le adoremos y busquemos de su presencia. Él quiere de nosotros nuestro corazón, nuestras alabanzas y nuestra adoración. Él quiere que lo exaltemos, él desea toda nuestra atención. Quiere sentirse el dueño completamente de nuestras mentes, de nuestras vidas y que le entreguemos todo nuestro ser. Él quiere estar en ese día especial de reposo con todos sus hijos.

Así como nos dedicamos a estar con nuestros amigos los fines de semanas, en los asados, en la playa, en el cine y en muchos lugares más, también tenemos que tener en cuenta a Dios y a sus mandamientos. No solamente buscarlo cuando lo necesitamos, él no es un Dios de ratitos, él es un Dios de siempre, de todos los días, de todo instante. Nuestro Dios no quiere que vivamos apartados de él y se deleita sabiendo que ese día que nos pide se lo damos de corazón.

Si estamos en la playa, en el cine, en el asado, en donde estemos que hay también esté Dios, en nuestros pensamientos y muy dentro de nuestro corazón. Que lo tengamos presente todo el tiempo de nuestras vidas.

“Señor quiero guardarme en tú reposo por toda la eternidad”.

¡Que el Señor los bendiga grandemente!

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