Es mi madre una gran bendición – Marisela Ocampo Otálvaro

Es mi madre una gran bendición

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Cuántas bendiciones tenemos que agradecer a Dios, bendiciones que inmerecidamente nos ha permitido disfrutar y que quizá no todas las veces valoramos como debería ser.

Una de esas maravillosas bendiciones tiene nombre, se llama “mamá”; un gran tesoro que debemos apreciar y cuidar. Su amor se parece al que Dios nos da, su dulzura, es la tierna dosis que alienta nuestras vidas; su entrega incondicional, un sacrificio desmedido; su abrazo, el refugio que trae paz y consuelo; su mirar, una luz que hace brillar todo alrededor; su sonrisa, un destello de la gloria de Dios; sus manos, la suave caricia que alivia nuestras heridas; su boca, la sabiduría que guía nuestros pasos; su corazón, el lugar de donde nunca nos movemos porque la manera en que nos ama no cambia. Su amor por nosotros siempre permanece.

Gracias Padre Celestial por mi madre, gracias por la oportunidad que me has dado de disfrutarla. Bendícela Señor y permíteme retribuirle con justicia, amor y generosidad todo lo lindo que me ha brindado. Gracias Señor, porque durante todos estos años me has guiado a través del buen ejemplo que ella me ha brindado, “es mi madre una gran bendición” una manifestación sobrenatural de tu presencia en mi vida. Te doy gracias por su vida, por darme como madre a una especial y hermosa mujer, con un corazón lleno de bondades inspiradas en ti Señor.

Gracias Padre Celestial, por todas las madres que hoy sufren por causa de sus hijos, ten misericordia de ellas Señor, ten misericordia de esos hijos que ignorantemente lastiman el corazón de su madre, sin darse cuenta del gran daño que se están haciendo primeramente a ellos mismos. Glorifícate Señor por medio de tu Hijo Jesucristo en la vida de estas madres, atiende sus suplicas, escucha sus peticiones, que tu misericordia Señor venga pronto a su encuentro, aparta tus ojos de sus faltas, perdónalas Señor; mira el deseo de su corazón, de ver a sus hijos alineados a tu santa y perfecta voluntad.

Señor, que tu Santo Espíritu se manifieste con poder en cada relación “madre e hijos” que en ellos sean establecidos tus diseños divinos conforme tu palabra, que Jesucristo sea la simiente de una relación llena de justicia, de amor y de paz; en su precioso Nombre, amén.

¡Dios bendiga a todas las madres!

“Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte.”

Mateo 15:4 (Dios Habla Hoy).

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro

Escrito para www.devocionaldiario.com 

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