¡Qué dura espera! – Marisela Ocampo O.

¡Qué dura espera!

asi es

Pasan los días, los meses y aun los años y tu vida no cambia de estado. Probablemente sigues en la misma condición o tal vez hasta te puedas ver peor de lo que estabas hace algún tiempo. Pareciera que el conocer de Dios y de su Hijo Jesucristo, en lugar de traer orden, bendición y prosperidad a tu vida trajo todo lo contrario. La vida se hizo cada vez más dura de llevar, las adversidades aumentaron y en lugar de avanzar parece que cada vez se retrocede más y más. Sí, eso parece, pero ¿es la realidad?

A lo mejor desde el punto de vista natural todo es un caos, sí, todo ha desmejorado. Incluso las personas que te “conocen” se aterran al ver tu situación y la mayoría de ellos se han alejado de ti porque ya no ven nada interesante que puedas ofrecerles. Muchos de ellos podrán decir que te has equivocado y estás siguiendo el camino incorrecto y que por eso estás tan mal.

Es cierto, el haber conocido de Dios y de su amado Hijo no ha sido un camino tan fácil; es cierto que los problemas incrementaron y que en muchas ocasiones sientes que se te acaban las fuerzas y el vigor que necesitas para seguir adelante y es probable que en la mayoría de esas ocasiones quieras desmayar. Sin embargo, todo esto es comprensible; es importante entender que a través de estas duras experiencias el Señor nos está moldeando y está haciendo de nosotros lo que Él quiere que seamos para poder glorificarlo. Esa es mi esperanza, que tan difíciles momentos no son en vano.

Por lo tanto, debemos seguir confiando en nuestro Señor Jesucristo, esperando pacientemente el cumplimiento de esas maravillosas promesas que nos ha regalado; sigamos esforzándonos por agradarlo para que el Padre sea glorificado y de esta forma podamos llegar a ser una expresión plena de todo lo hermoso que Él representa.

¡Qué dura espera! Sí, muy dura, no es nada fácil; pero de una cosa estoy segura, valdrá la pena.

“Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones”. Salmo 37:7 (Nueva Traducción Viviente).

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que Él tiene para ellos”. Romanos 8:28 (NTV).

“Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero dentro de nosotros nuestro espíritu se renueva y fortalece cada día. Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen. A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre”. 2 Corintios 4:16-18 (NTV).

“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”. Gálatas 6:9 (NTV).

¡Esperar en Dios nos llena de esperanza!

Por: Marisela Ocampo O.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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