El verdadero sentido de la existencia – Marisela Ocampo O.

El verdadero sentido de la existencia

El verdadero sentido de la existencia

Mi vida se puede dividir en un antes y en un después, antes de conocer a Cristo y después de tener la dicha de reconocerlo en mi vida como mi todo. Quizá para algunos de los que se encuentran a mi alrededor es inexplicable lo que digo, pues desde su punto de vista el antes parecía ser mejor, según ellos más próspero y exitoso; sin embargo, lo que vivo ahora no lo podría cambiar por nada, el mundo no tiene nada mejor que ofrecerme, nada que se compare con lo que Dios, por medio de su Hijo Jesús, me ha dado durante este tiempo… hablo de su gracia salvífica, de su misericordia y su fidelidad; hablo de la paz que en Él he podido experimentar a pesar de las circunstancias, de su inigualable y puro amor, y del temor que me hace buscar amarle y agradarle de corazón. Son tantas y tan hermosas las bendiciones que Dios me ha permitido experimentar en Cristo Jesús, que aquellos sueños y deseos que tenía cuando no le conocía dejaron de ser prioridad, dejaron de ser el centro de atención de mi vida, ya no son lo más importante para mí, todo eso lo dejé en las manos de mi Salvador porque ahora la razón de mi vida es Él. Si Él quiere prosperarme gloria a su nombre, sino, gloria a su nombre; Él sabe qué necesito en realidad, Él sabe lo que hace, yo confío en su voluntad.

Antes creía que el sentido de mi vida radicaba en lo que podía saber y la posición que podía ocupar dentro de la sociedad, en el dinero que podía conseguir y los bienes que podía acumular. Pensaba que entre más reconocimiento tenía una persona más exitosa era; estaba totalmente equivocada, me estaba dejando llevar por lo que cualquier persona almática se deja llevar, por lo superficial, por lo que no tiene valor, por aquello que enorgullece a la carne para que las personas se alejen de Dios. “En esa época pensaba que todo eso era muy valioso, pero gracias a Cristo, ahora sé que eso no tiene ningún valor. Es más, creo que nada vale la pena comparado con el invaluable bien de conocer a Jesucristo, mi Señor. Por Cristo he abandonado todo lo que creía haber alcanzado. Ahora considero que todo aquello era basura con tal de lograr a Cristo”. Filipenses 3:7-8 (Palabra de Dios para Todos).

Mi prioridad ahora, es que Dios me permita enamorarme de Él cada día más y más, que me conceda el privilegio de seguir experimentando su amor, su respaldo, su protección y su poder en Cristo Jesús. Que me regale la gracia para vivir como Él quiere que lo haga, que me otorgue el placer de servirle y de ser usada por Él para gloria de su santo nombre. Que así sea.

Algunas personas se jactan del dinero y del “éxito” que tienen; pero si analizamos sus vidas, podemos ver que hay muchos vacíos que no pueden ser llenados con lo que poseen. Por ejemplo: ¿De qué vale tener dinero y triunfos, si no se tiene una familia para compartirlos y disfrutarlos con ella? y ¿de qué sirve una familia si no está unida en el amor genuino que solamente en Cristo Jesús podemos encontrar? En pocas palabras, ¿de qué vale tenerlo “todo” sin Cristo?

He podido comprender que el verdadero sentido de la existencia radica en tener a Cristo, y en Él, poder disfrutar de todas las añadiduras que por su gracia recibimos, entre ellas: la salud, la familia, el dinero, el éxito, la prosperidad, etc. Sin Él nada vale la pena.

 “Así que, primero busquen el reino de Dios y su justicia, y se les dará todo lo que necesitan”.

Mateo 6:33 (PDT).

¡Jesucristo, eres todo para mí!

Por: Marisela Ocampo O.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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