La tierra del nunca jamás – Lucy Carmona

“LA TIERRA DEL NUNCA JAMAS”

La fascinante historia bíblica que encontramos en 2 SAMUEL capitulo 4 nos recuerda de la gran misericordia y bondad de nuestro Dios.

Mefiboset era el nieto del Rey Saúl, a su vez hijo del Príncipe Jonatán, gran amigo de David, el cual al saber la triste noticia de la muerte de Jonathan y Saúl, fue a vivir a este lugar misterioso en la Biblia llamado Lodebar.  Este lugar se constituyo para Mefiboset algo así como “La Tierra del Nunca Jamás”.  Lugar de desdicha, de frustraciones, donde acabaron todos sus sueños y sus anhelos; con miedo a ser capturado y ejecutado por ser familia directa del Rey Saúl y el único heredero al trono.

En un día la vida de este hombre cambio totalmente, cuando la noticia llego que las tropas hebreas habían sido derrotadas, la nodriza tomo al pequeño Mefiboset  quien solo tenía cinco años de edad y corrió de tal manera que el niño se le cayó y quedo totalmente paralitico. Llegaron a Lodebar, donde creció este niño, oculto, sin ningún tipo de esperanza; y para colmo lisiado de ambos pies.

Ya habían pasado muchos años de estos sucesos y nada cambiaba en la vida de Mefiboset hasta que pasado algún tiempo reinaba en Israel el Rey David, varón conforme al corazón de Dios, el cual había hecho un pacto con su amigo Jonatán y buscaba a los descendientes de éste para obrar con ellos de misericordia y el Rey mando a buscar a Mefiboset.  Vemos al final que el Rey David le devolvió la honra a Mefiboset, sus posesiones le fueron devueltas y al ser adoptado como hijo del Rey, tuvo un lugar en su mesa. Su mundo cambio totalmente a partir de aquel día.

Cuantos en estos días les ha sucedido como a Mefiboset, muchos viven dentro de la geografía espiritual en Lodebar.  Su vida esta llena de desdichas, sumidos en un mar de tristeza, pensando en los sueños inalcanzables, lisiados de los pies espirituales que simbolizan la mente y el corazón del que anda sin Dios  y sin esperanza.

Pero hay un Gran Rey, del linaje de David, el cual ha hecho un Pacto de amor y sellado con su sangre preciosa, su nombre es Jesús de Nazaret, el cual busca a quien hacer misericordia y permitirle compartir con el a su mesa.

Te invito a que aceptes su llamado y le permitas trabajar en tu corazón herido y lleno de amargura.  Él es el único que puede sacarte de “La Tierra de  Nunca Jamás”, quitarle  la vergüenza, y darte la seguridad de vida eterna.

Cuando aceptes este reto no serás el mismo. ¡Habrás pasado de Lodebar al Palacio del Rey!

Autora: Lucy Carmona

Escrito para www.devocionaldiario.com

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