Si quieres puedes limpiarme – Juan Carlos Aguilera

Si quieres puedes limpiarme

por Juan Carlos Aguilera

biblia-open3“Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.”

(San Mateo 8:1-3)

Dentro de las normativas judías estaban las leyes sanitarias que establecían que el leproso tenía que estar fuera del campamento y aislado de la sociedad; y cuando iba para la ciudad debía ir gritando ¡¡¡leproso, leproso, leproso!!!!, para que todos los que escucharan y estuviera cerca se aparten del él y despejaran el camino.

Ser leproso implicaba estar apartado de la sociedad, sin amigos, sin sueños y en muchas ocasiones esperando la muerte como si fuera lo más anhelado de nuestra vida. Pero en lo particular la historia de este leproso impacto mi vida.

Un hombre desahuciado por los médicos de su tiempo y desterrado para estar solo el resto de su vida o acompañado con personas con su misma desdicha; en un momento decide arriesgar su vida para ganarla; la verdad no se qué tipo de fe tendría ya que no hizo como otros pidiendo misericordia para ser sano, sino de forma sencilla dijo “Señor, si quieres, puedes limpiarme.” Pero si se como lo miro el Señor, ya que aun teniendo la lepra lo toco y le respondió “QUIERO”; sé limpio.

Mis hermanos no se qué tiempo paso desde la frase “quiero” a la de “sé limpio”, pero si se que en ese momento hubo un paréntesis donde Jesús le muestra afecto a alguien que realmente tenía tiempo sin sentirlo; el Maestro no pensó en el que dirán, sino en una persona que se atrevió a pasar en medio de una multitud pasar jugarse la vida en un hombre que por lo que escuchaba podía ser el esperado por las naciones. ¡Se la jugó todo y gano todo!

Nuestra vida es muy parecida a la de este leproso, y no porque nos aqueje una lepra físicamente sino por las ansias que tenemos y que hace que nos angustiemos al punto de no querer luchar y en circunstancias desear hasta la muerte.

Amigo no se qué tipo de fe tienes pero si se que Dios es poderoso para hacer en ti maravillas de las cosas que dabas por perdidas y sin remedio, yo estoy seguro que de esa manera se sentía el leproso, pero él se animo atravesar entre la multitud y llegar donde Jesús, anímate de la misma manera acercarte a Jesús y dile “Si quieres, puedes limpiarme”, y el tocara tu cabeza y con mucho amor te dirá “Hijo, se limpio”.

No importa la enfermedad que estés pasando, ni el momento difícil que estás viviendo, lo único que importa en este momento es que a Jesús si le importas y está interesado en tu bienestar y que seas muy feliz. Si no le has aceptado, es momento de hacerlo y si ya lo hiciste y te sientes en un callejón sin salida solo confía que él está contigo; nunca te ha dejado ni te dejará, El es fiel.

Amigo lector aun estas a tiempo de acercarte al Señor y recibir de sus bendiciones porque todo el padecimiento que el tubo en la cruz fue para darnos el socorro oportuno a nuestra vida y especialmente si te sientes solo y sin espereza.

“Cuando sientas que todo se acabo, no olvides que Jesús es el que tiene la última palabra.”

Escrito para www.devocionaldiario.com

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Publicado en: http://blog.vivoparacristo.info/

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