¿Preparado(a) para el matrimonio? – Hefzi-ba Palomino

¿PREPARADO(A) PARA EL MATRIMONIO?

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo.“

2 Corintios 6:14-16 (Reina-Valera 1960)

Antes de tomar una decisión tan importante, sea que seas tú el proponente o el que acepta, sería conveniente que te meditaras en este hermoso pasaje de la Biblia; en mi vida he tenido que experimentar en carne propia estas situaciones y también ver a muchas parejas casarse y al poco tiempo separarse, principalmente por las siguientes razone:

  • Por diferencias de dinero
  • Por celos, desconfianza y constantes peleas y desacuerdos.
  • Por conflicto religiosos o de fe.

La primera: Por diferencia de dinero, generalmente es porque uno de los dos tiene más dinero que el otro y quiere ser el que lleve las riendas de la situación económica, lo que hace que la otra parte se sienta minimizada y resentida por “la falta de confianza” de su compañero o compañera; en otras ocasiones, porque el “ser el jefe financiero” no significa que sepa manejar el dinero, que sepa ahorrar y que sepa conducir las finanzas y por lo general, uno de los dos va a la quiebra y arrastra al otro en su carrera. Cuando uno se caza dos bolsas, se convierten en una sola bolsa.

En segundo lugar; tenemos los celos, la desconfianza y las constantes peleas y desacuerdos. Esto puede significar varias cosas: que no existe confianza mutua entre la pareja;  que el querellante tiene problemas no resueltos de su pasado, como sentimientos de abandono, por ejemplo,  y esto genera inseguridad y temor a que se vuelva a repetir una situación y siempre esta prevenido, se siente atacado, etc. ; y finalmente, todas las personas tenemos pasado y puede haber situaciones de su pasado que aun estén repercutiendo en el presente y allí se da una situación de falta de perdón y de confianza en Dios para soltar las cargas del pasado, perdonar y seguir adelante. Lo único real que tenemos es el presente, porque no entregarse a él y vivirlo plenamente?

Y tercero, por diferencias religiosas o diferencias en la medida de la fe que cada uno tiene. Personalmente creo que esta es la más peligrosa, pues la vida espiritual siempre repercute en nuestra vida emocional y física y por lo general, si alguien no puede abrazar nuestra fe, y creer en Dios, de la manera como dice La Biblia y como nosotros creemos, pues definitivamente, la causa está perdida y no hay nada que hacer.

Pero si existe el amor, que es el vínculo perfecto entre cualquier relación y abrazamos la misma fe, hay infinitas posibilidades de arreglo, pues ambos tenemos a Cristo en nuestro corazón y con un poquito de humildad podemos aceptar que estamos fallando y buscar la solución, reconociendo que necesitamos de Cristo.

Es posible que nos hayan lastimado y hayamos sufrido en una relación pasada, pero necesitamos a Cristo para perdonar y seguir adelante, abriendo nuestra mente y nuestro corazón a nuevas posibilidades y necesitamos a Jesús para sanar nuestro corazón, pues un corazón herido lo único que puede ofrecer a su pareja es una vida tortuosa, en desarmonía con el espíritu y en desorden.

Todos somos libres de tomar nuestras decisiones, pero cuando tomemos una decisión,  también seamos responsables para asumir las consecuencias  de nuestras decisiones, sean buenas o malas y tengamos en cuenta que siempre hay en la Palabra de Dios sabiduría para encaminarnos hacia las decisiones correctas.

No somos incrédulos para tragarnos el cuentico de que “el amor es ciego” para no ver los defectos que tiene nuestra pareja, no para criticarlo, juzgarlo o condenarlo, sino para ayudarlo, si es que la situación se puede arreglar y para fortalecer los vínculos del amor; pero si ya estamos montados en la barca, pues oremos para que El Señor nos muestre el camino que tenemos que tomar.

A mí ya me lo ha mostrado y este es el amor, si hay amor, vale la pena luchar por la relación y andar juntos por el mismo camino, de la mano de Jesús.

“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, De cierto lo menospreciarían”.

Cantares 8: 6-7

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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