Pon tu confianza en Jesús – Hefzi-ba Palomino

PON TU CONFIANZA EN JESUS

por Hefzi-ba Palomino

nina-orandoEn paz de acostaré, y así mismo dormiré; Porque solo tu, Jehová, me haces vivir confiado.

Salmo 4:8

Cuando era una niña, oraba antes de acostarme y al levantarme, con una oración que mi abuela me enseñó, que decía: “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto; Dios conmigo, yo con El, Dios adelante y yo tras El”. En otras ocasiones oraba con la oración del angel de la guarda, mi dulce y fiel compañía…. Y sentía que Dios, o un angel, estaban a mi lado y dormía tranquila. Bueno, un niño normalmente no tiene preocupaciones y podríamos decir que su sueño es siempre tranquilo, sin embargo, la mayoría de nosotros recordamos que cuando éramos niños, sufríamos de miedos, especialmente a la hora de irnos a dormir; yo personalmente le tenia miedo a la obscuridad y a las sombras que algunos objetos proyectaban en la pared, no me gustaba dormir con la puerta del armario abierta y me aterraba tener pesadillas, porque creía que eran verdad. Actualmente, que conozco la hermosa palabra de Dios, esta es mi oración antes de acostarme y duermo en paz.

Ahora que somos adultos ya vemos esos temores como algo insignificante; crecimos y nuestros miedos y preocupaciones crecieron con nosotros y se volvieron adultos mayores y muchas veces hasta los vemos más grandes que a nosotros mismos, sentimos miedo, nos acobardamos y nos angustiamos y nos olvidamos que tenemos un Gigante a nuestro lado, al Poderoso de Israel, al Dios que nos lleva de su mano derecha, a Jesús, el Cristo, El Vencedor, al Dios y hombre que pelea por nosotros, que prometió siempre estar con nosotros y nunca dejarnos.

La semana pasada, mientras mi hija trabajaba en la noche, yo me quedé cuidando a mis dos nietos, uno de 7 y otro de 2, y a la hora de dormir al mas pequeño, empezó a llorar y a pedirme que me quedara con el; yo accedí y me senté en el piso al lado de su cuna y le pedía que cerrara los ojitos y se durmiera, lo que el hacia, pero cada minuto los habría y levantaba la cabeza para constatar que todavía yo estaba allí, pues en su cabecita tal vez pensaba que en cualquier momento se iba a despertar y ya no me iba a encontrar, por lo que finalmente le dije: “Cierra los ojitos mi amor, yo voy a estar aquí y cuando tu te duermas, no me voy a ir y voy a seguir pendiente de ti” y el, creyó en mis palabras y se durmió, pero yo me sentí amonestada por el Espíritu Santo de Dios.

Esta situación me hizo recordar mi niñez y pensaba que realmente Jesús debería vernos a sus hijos de la misma forma en que yo estaba viendo a este niño, pues sabiendo que Jesús y su Espíritu, siempre están con nosotros, parece que no creemos firmemente en sus palabras y algunas veces sentimos temor, dudas y hasta nos angustiamos por situaciones que están fuera de nuestro control, en vez de confiar en El, creer en sus palabras, dejar todo en sus manos y simplemente mantener la paz en cualquier circunstancia de la vida.

Este devocional de hoy, es cortico y sencillo y quiero compartirlo contigo solo para recordarte, como Jesús me lo recordó a mí, que no estamos solos, que El está con nosotros, que es Jesús quien pelea nuestras batallas, que Jesús es quien abre puertas, quien nos rescató del hoyo en que estábamos y El que nos sacó de las tinieblas a la luz; quien nos dio una nueva vida y un nuevo nombre y es El, quien hace nuevas todas las cosas, que las cosas viejas pasaron y que sus misericordias son nuevas cada mañana y que aun si un ejercito acampara contra ti, contra mi, no temeremos mal alguno porque El, está con nosotros y estará con nosotros hasta el fin.

Dios ya lo hizo todo por nosotros al darnos a su amado hijo Jesucristo por nuestro rescate, ahora nos toca a nosotros, desechar todo temor y resistir la tentación que nos asecha; abandonar todo temor y confiar plenamente en nuestro Señor y Salvador, creer en sus palabras y abandonarnos confiadamente en sus brazos, con la certeza de que nada ni nadie nos arrebatará de su mano, ni nos separara de su amor. Si puedes creer, para el que cree, todo es posible. Al único que tenemos que temer y temer aquí significa, adorar, obedecer y servir, es a nuestro Dios.

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo,
Oh Jacob, y Formador tuyo,
Oh Israel: No temas, porque yo te redimí;
Te puse nombre, mío eres tú.

Isaías 43: 1

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