La Oración Perfecta – Hefzi-ba Palomino

LA  ORACION PERFECTA

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Mateo 6.6

La oración del Padre nuestro es comúnmente conocida por todos e incluso muchos de nosotros crecimos recitándola, hasta que se convirtió tristemente en repetición y vana palabrería, al punto que hemos olvidado su profundo significado y su poder. Jesús nos advirtió de ello y es por eso que hoy me siento inclinada a meditar en cada una de sus partes y quiero compartirlo con ustedes, pues en verdad he descubierto que es la oración perfecta y revela el carácter y la naturaleza, tanto del Padre como del Hijo y refleja la perfecta voluntad de Dios para nosotros.

Hoy quiero invitarlos a que oremos juntos y a que volvamos a esta preciosa y perfecta oración que es un verdadero escudo alrededor nuestro y nos provee de todo lo que necesitamos como hijos amados que somos todos del Padre y para ello, veremos que esta oración esta compuesta de 7 oraciones claves que si las decimos con devoción, de corazón y conscientes de cada palabra que pronunciamos, veremos que tiene un poderoso poder sobre nuestro ser.

  1. Padre nuestro que estáis en los cielos. Nos da un sentido de pertenencia, somos hijos amados y tenemos un Padre celestial en común, quien es y vive en un lugar especifico: el cielo y este sentido de pertenencia nos genera un sentimiento de protección y seguridad. El cielo es también nuestro futuro hogar, donde tenemos nuestra verdadera identidad, no es un lugar ajeno, desconocido donde esperamos rencontrarnos con los seres que amamos y que ya se han ido primero que nosotros. Dios nos esta dando una promesa de vida eterna en el paraíso o cielo, junto con El y Jesús, y donde seremos completamente felices.
  2. Santificado sea tu nombre.  Dios Es, tiene un nombre y una identidad y su naturaleza de Santidad nos santifica, a la vez que santificamos su nombre y de esta manera nos manda a ser santos, porque El, es Santo y la Santificación nos protege de pecado y condenación y nos hace aptos para entrar en su presencia. Recordemos que en la antigüedad, antes de que Dios se manifestase a sus escogidos, estos tuvieron que santificarse, purificarse, lavarse y limpiarse; actualmente y gracias al sacrificio de Jesucristo, todos hemos sido justificados por su  sangre y el Espíritu Santo esta haciendo la Obra de Santificación en nosotros cada día.
  3. Venga tu reino.  Dios esta compartiendo su reino con nosotros al hacernos participes de las buenas nuevas de Salvación, ya no somos ajenos a los frutos del espíritu, sino que podemos disfrutar de ellos en abundancia y hasta compartirlos con otros. Esto demuestra su infinita generosidad; su reino ahora esta cerca y dentro de nosotros.
  4. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.  Esto nos favorece con una cualidad que es esencial para permanecer en el reino y es la obediencia. Sin obediencia es imposible agradar a Dios. Si no aceptamos de buena gana su voluntad, sean cuales sean las circunstancias, realmente debemos revisar nuestra vocación y que áreas de nuestra vida no le hemos entregado al Señor. La voluntad de Dios es siempre perfecta  para nuestra vida, aunque en el momento no podamos entenderlo.
  5. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Dios es también nuestro proveedor y en este pan, están incluidas todas nuestras necesidades básicas. Esto nos muestra la necesidad de aprender a vivir de manera sencilla y conformes con lo que tenemos. Todo lo demás, es añadidura y aun esto Dios nos lo dará, si buscamos primeramente el reino de los cielos.
  6. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.  De la naturaleza de amor de Dios, nace el Perdón, pues sin amor no hay perdón y cada que decimos esto, estamos comprometiéndonos a amar y a perdonar a nuestro prójimo, lo cual es el segundo gran mandamiento que nos dejo Jesús.  Con esta oración, nos sentimos cobijados y protegidos por su amor y limpios por su perdón y por tanto, quien podrá arrebatarnos de sus brazos?
  7. No nos metas en tentación, mas líbranos del mal. El apóstol Pedro dice que no es Dios quien nos pone en tentación, mas nuestros propios deseos; sin embargo, yo personalmente creo que la tentación es necesaria para poder saber en que punto estamos; que tan fortalecidos estamos frente a una circunstancia y también estoy convencida que Dios se vale de ello para templar nuestro carácter. Si no tuviéremos tentaciones como sabríamos que ya hemos superado una mala adicción o algo que no agrada al Señor?  Si no pasas un examen como sabes que eres apto para ese empleo o esa carrera? Dios muestra su naturaleza de poder al librarnos, liberarnos y hacernos fuertes frente a las tentaciones y si la tentación viene del maligno, Dios también nos libra de él, hasta que se canse y ya no nos moleste mas.

Finalmente, Jesús hace un profundo reconocimiento al Padre, al cierre, como broche final, cuando dice:

“porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amen”

Es como si le dijéramos: “ Papito, el reino, el poder y la gloria son tuyos y de nadie mas, y es mas, no solo por hoy, sino por siempre; a quien mas podría yo pedirle ayuda, si no hay nadie como tu, Aba?” Si Dios no lo hace, NADIE podrá hacerlo. Si no podemos confiar en nuestro Padre y Dios y en Jesús nuestro Salvador, en quien mas podríamos confiar?

Si hacemos esta oración por la mañana y por la noche, aparte de nuestro devocional, estoy segura que nuestra vida va a cambiar conforme a la perfecta voluntad de Dios.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”

Mateo 6:25

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Share

Comparte:


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: