Cuidándonos de la Idolatría – Hefzi-ba Palomino

Cuidándonos de la Idolatría

“Cuando se levantara en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anuncio, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; No darás oído a la palabra de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os esta probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, Y con toda vuestra alma.

Deuteronomio 13:1-3

Cuando Dios promulgo sus leyes y mandamientos como una guía de conducta para los seres humanos, su primer mandato fue: “Amaras al Señor tu Dios, con todo vuestro corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” y también se nos ha dicho que Dios es un celoso y también cuales son  las consecuencias a la desobediencia.

En tiempos antiguos para todos los pueblos no era muy fácil distinguir entre el Dios de los Judíos (el único y verdadero Dios) y los demás dioses, deidades, dioses y diosas de la mitología,  pues en realidad era el mundo que los rodeaba y los únicos que conocían de Dios era el pueblo judío; todos los demás pueblos eran considerados “gentiles”  que significa, Griego, Nación o Pueblo y por tanto, Dios que conoce el corazón  de sus hijos  quería prevenirlos sobre los peligros de seguir y adorar otros dioses, pero a pesar de que ellos eran  los únicos que conocían al único Dios verdadero;  habían visto sus maravillas y prodigios, habían sido liberados de la esclavitud en Egipto y estaban a punto de entrar a poseer por siempre una tierra prometida que producía leche y miel y tenían la promesa de la boca del mismísimo Dios, que si obedecían serian bendecidos.

Sin embargo, vemos a través de toda la historia Bíblica, cuanto Dios tuvo que luchar con su pueblo para mantenerlos en el camino correcto y bendecido y cuan difícil fue para su pueblo mantenerse obediente a sus mandamientos y a su palabra y conocemos hoy todos los sufrimientos y tribulación por la que ha pasado  su pueblo y aun sigue pasando.

Afortunadamente Dios tuvo misericordia no solo de su pueblo, sino también de los gentiles, antes extraños y ajenos al plan de salvación de Dios y envió a su hijo Jesucristo para reconciliar a todas las naciones con El  a través de su Hijo.

Pero ese Dios que nosotros ahora conocemos no es un dios modificado ni acomodado a nuestra conveniencia, que esta ahí para hacernos favores, milagros y traernos el bien, pero al que negamos o rechazamos o no queremos que nos hablen de El,  cuando nos reprende, castiga o simplemente  quiere probar nuestra fe y amor a El.

Hoy en día, ya no vivimos en las tinieblas de los tiempos pasados, sino en la luz del conocimiento de Dios, quien nos insta a conocerle, a tener una conexión con El, a relacionarnos con El; a estudiar su Palabra y a obedecerla y sobre todo, se ha dado a si mismo a través del Espíritu, para que seamos lucidos y entendidos en cual es su voluntad buena y perfecta; para que tengamos revelación y sabiduría y no seamos de doble animo, diciendo que creemos en Dios, pero también pidiéndole y sirviendo a otros dioses que obviamente han cambiado su apariencia; que ya no son el sol, la luna o las estrellas o los planetas, sino que ahora se le llama de múltiples maneras:

  • Humanismo. Creer más en el hombre, su capacidad creativa e inteligencia, que en el amor y la gracia de Dios.
  • Energía: Aunque  sea la mas positiva de las positivas, querer suplantar el alma, la vida y la verdad por algo concreto, carente de espiritualidad como la energía, la luz del sol, es en   verdad muy preocupante.
  • La Ciencia y la Tecnología. A ver si cuando haya un cataclismo de las magnitudes que describe Dios en La Biblia, la ciencia y la tecnología, van a poder librar a la humanidad de todos sus males, no, claro que no, simplemente le achacaran esto a la “fuerza destructora de la naturaleza”
  • Ovnis y Extraterrestres.  En estos se incluyen los ateos, los que dicen que no creen en Dios y que somos creación de seres extraterrestres. Estos son los que no quieren oír hablar de Dios, ni tampoco escuchan cuando Dios les esta hablando.  Personalmente, no me extrañaría que Jesús viniera rodeado de sus ángeles,  en naves de fuego a rescatarnos para llevarnos a otro planeta u otra morada que esta preparando para nosotros, porque entre otras cosas El dijo, que es nuestro Pastor y que sus ovejas le conocen y oyen y reconocen su voz,  pero esto no significa que yo quiera conocer o comunicarme con extraterrestres, que posiblemente existen, pero que no sabemos quienes son, ni si sus intenciones son buenas, ni a donde nos van a llevar y por ahí derecho, negar al Dios de mi salvación y vaya en pos de ellos, buscando lo que no se me ha perdido.
  • Por ultimo, los que a pesar de haber conocido a Dios, siguen a otros dioses modernos como el dinero, el poder, el reconocimiento.
  • Los que se aman mas a si mismos que a los demás y por supuesto que a Dios, aman mas a su familia, su trabajo, sus posesiones, sus amigos, artistas, fans, figuras mundiales etc.

Todos estas son formas de idolatría y yo no quiero ser profeta cuando quiero en este día hacer un llamamiento a escudriñar nuestro interior y preguntarnos cuales son nuestros  verdaderos sentimientos hacia los ídolos y si ellos nos están robando el amor y el lugar de nuestro corazón donde primeramente y por encima de todas las cosas, debemos amar a Dios y que su  amor nos guie cada día en nuestra vida, para que seamos bendecidos y tengamos larga vida.

Ahí por ahí muchos falsos profetas tratando de desvirtuar o negar al único y verdadero Dios, abre tus ojos y te alumbrara Cristo; no te dejes engañar y no vayas en pos de ellos.

Nuestro Dios es el  mismo ayer, hoy y siempre; el que inspiro las antiguas escrituras o antiguo testamento y el que envió a su hijo amado a escribir el ultimo capitulo de la historia de la humanidad, donde El, es victorioso por siempre y quien cumplirá todas sus promesas y plan de salvación hasta el fin, como esta escrito: Todo pasara, menos La Palabra de Dios.

“En pos de Jehová vuestro Dios andaréis, guardareis sus mandamientos y escuchareis su voz, a el serviréis, y a el seguiréis”.

Deuteronomio. 13:4

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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