Aprendiendo a leer y entender las señales – Hefzi-ba Palomino

APRENDIENDO A LEER Y ENTENDER LAS SEÑALES

(Maravilla, Marca, Milagro, Prodigio)

“Este principio de señales hizo Jesús en Cana de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”.

Juan 2:11

Desde Génesis hasta Apocalipsis, vemos que Dios se manifiesta  y nos habla a los hombres (termino genérico)  a través de señales y vemos que la historia de la humanidad y aun la historia personal de cada uno de nosotros,  esta dividida en porciones  especificas de tiempo, enmarcados dentro de un conjunto de acontecimientos ordinarios y extraordinarios, que nos señalan y enseñan cosas importantes; a estos puntos en el tiempo que marcan el comienzo y el fin de una etapa, se le llaman señales y son pruebas  irrefutables de que algo verdaderamente ocurrió, ocurre en el momento o va a ocurrir en el futuro.

Como ejemplo tenemos las cicatrices de Cristo en sus manos, pies y costado, como una huella imborrable que probara a su pueblo que Él es El Mesías no reconocido en su primera venida; las señales también han sido usadas por Dios para que lo conozcamos mejor, para que confiemos en su palabra, para que tengamos fe, para que nadie nos engañe y para darnos esperanza y hermosas promesas para nuestra vida y futuro.

Vivimos rodeados de señales y signos  por todos lados: en la carretera, en la escuela, en los aeropuertos, en el supermercado, en el trabajo, en la calle y en la casa, aun en la televisión, en la radio, en el cine, etc. Las señales son equivalentes o se equiparan a las leyes, a las normas, a los mandamientos, a la ética, a los códigos de buena conducta, etc. Por lo tanto, no es algo que sea ajeno a nuestra vida; no es algo de lo que no hemos oído hablar o no sabemos o conocemos, mas bien es algo con lo deberíamos estar bien familiarizados y por ende entrenados para entender y obedecer, porque dicho sea de paso, esto es lo que nos garantiza una vida equilibrada, sana y feliz, en comunión con Dios a través de su Espíritu Santo.

A nivel personal Dios nos habla cada día a través de señales, de signos, de maravillas y prodigios y si aprendemos a hacer de estas señales nuestro código de comunicación con Dios, estaremos en capacidad de vivir una vida mas tranquila, confiada y segura en manos de nuestro Salvador.

Tener fe y esperar en Dios no es fácil y a veces nos angustiamos, nos deprimimos y desesperamos; pero déjame decirte hoy que Dios conoce todas nuestras necesidades y nuestro corazón y hoy quiere darnos una señal: El esta con nosotros y la manera de decirnos que nos ama, así como somos, que nos perdona y que es el Dios de las oportunidades, es a través de  alguna señal precisamente. Esa señal, es la confirmación de que El esta obrando para solucionar ese problema que tu tienes, sanar esa enfermedad, darte ese trabajo o cumplir un deseo de tu corazón, pero El también necesita probar tu corazón y saber a través de señales, que tu también estas dispuesto; estas arrepentido, has aprendido una lección y en tu corazón esta el temor de Dios y el firme propósito de corregir algo.

Ahora bien,  somos salvos y nacidos de nuevo del agua y el Espíritu, esta en mi, esta en ti y en todos los que le amamos y cuando sufrimos, el sufre con nosotros, cuando nos angustiamos, Él se angustia con nosotros y yo creo que ninguno quiere que nuestro Señor sufra o se angustie con nosotros;  como lo dice el ultimo versículo de este devocional, evitémosle este dolor innecesario, aprendiendo a conocerle, a comprender sus señales y a esperar confiadamente en El. Y esto es así porque El nos ama y nosotros que somos imperfectos cuando amamos a alguien, sufrimos con esa persona si sabemos que esa persona esta sufriendo. Cuando yo estoy triste y/o lloro, no me gusta que mi hija me vea ni sepa que estoy así, porque sé que ella sufre y también se angustia; el amor es así.

Yo no puedo ensenarte como distinguir o diferenciar una señal que viene de Dios, porque ese es el papel del Espíritu Santo, el darte discernimiento y mostrarte a través de la conciencia y la conexión diaria que tienes con Dios, para saber que necesitas cambiar, hacer o que debes corregir y aun saber cuando es una señal y cuando es una corrección, cuando algo viene de El, o viene de ti mismo.

No entender y seguir las señales, puede llevarnos a ser rebeldes, incrédulos y de dura cerviz y hacernos perder muchas de las bendiciones que Dios tiene para nosotros, como le sucedió a su pueblo Israel, según escribió el profeta Isaías:

“Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvo; En su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levanto todos los días de la antigüedad”.

Isaías 63:8-9

Autora: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com

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