Aprendiendo a Enseñar – Hefzi-ba Palomino

Aprendiendo a Enseñar

Es cuestión de actitud

por Hefzi-Ba Palomino

woman-bibleY él le dijo: Como suele hablar cualquiera de
las mujeres fatuas, has hablado.
¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?
En todo esto no pecó Job con sus labios.

Job.2:10

Esta sabia respuesta de Job a su esposa cuando perdió todo y ésta le incita a maldecir a Dios, nos enseña que los altibajos de la vida, unos tienen como propósito dejarnos una enseñanza, pero no siempre la lección es para nosotros mismos; algunas veces la lección es para otras personas; dependiendo de en que lado de la situación nos encontramos, Dios puede usarnos bien sea como aprendices, si necesitamos aprender, o, como maestros, cuando nuestra actitud, respuesta y forma de responder a una situación, es una lección para alguien mas, como es el caso de Job.

Recuerdo que no comprendía cómo y porqué Dios permitió que una amiga muy querida y una de mis hermanas, siendo personas creyentes, tan buenas y especiales y amantes del Señor, súbitamente se enfermaron de Cáncer antes de cumplir sus 60 años y se fueron relativamente rápido de este mundo; no sin antes haber congregado a su alrededor a todos sus familiares, parientes y amigos, a quienes Dios reunió para reconciliar unos con otros, y volverlos a unir a través del amor que compartían por las enfermas, los hizo perdonarse mutuamente entre los que estaban alejados y guardaban rencor y mostrarles que no vale la pena guardar rencores y no disfrutar en vida de la amistad, del amor de Dios y las relaciones, pues al final, todos vamos a tener que partir un día. Ahora entiendo que Dios las uso como instrumentos de su inmenso amor y que esta dolorosa experiencia dejó muchas enseñanzas a todos los que las conocimos.

Todos experimentamos en la vida situaciones que nos confrontan y que ejercen presión sobre nosotros para revelarnos “que hay adentro”. Dios quiere saber que “sale” de nuestro corazón frente a una crisis; conocer y limar nuestro carácter, para hacer brotar sus cualidades y formar al nuevo hombre interior (con el carácter de su hijo Jesús). En la escuela de la vida en que todos nos encontramos, nada es casualidad, las cosas suceden por algo, todo tiene un propósito y si estamos conscientes y conectados con la perfecta voluntad de Dios, sabremos qué hacer; cuándo Dios nos quiere dar una lección y cuándo somos canales para enseñar a otros.

¿Le hemos entregado nuestra vida a Jesús y no lo autorizamos para que él haga cambios en ella? Bendecimos y agradecemos a Dios cuando nos bendice, pero ¿también recibimos de buena gana lo malo, las dificultades, los obstáculos y problemas que se presentan a diario en nuestra vida? ¿Es nuestra actitud siempre la misma? ¿Mantenemos una actitud mental positiva en todas las circunstancias de la vida?

Si al igual que yo, en este momento estas pensando que esto no es tan fácil, déjame contarte una anécdota: yo misma recuerdo en mi país, una vez salí del servicio del Domingo y me sentía flotar en las nubes de gozo, creo que no me faltaba sino la aureola para parecer toda “una santa”, cuando de pronto, un carro salido de la nada, paso a toda velocidad a mi lado y como había llovido, toda el agua sucia del anden fue a parar a mi cuerpo y a mi ropa limpia….. ¡Que molesta me sentí, siempre he repudiado el lodo! Pero, sin ni siquiera pensarlo, lo único que salio de mi boca en ese momento, fue un grito de insulto hacia el malvado conductor; en el acto caí en cuenta de mi acto y me sentí avergonzada con Dios, pero también, me dio mucha riza, de constatar cuan ilusos, infantiles e inmaduros a veces somos y como Dios me mostró al instante cuánto realmente me faltaba, para sentirme una santa; gracias a Dios El Espíritu Santo no se contristó por mis malas palabras, pues inmediatamente pedí perdón a Dios y continué mi camino en paz. Ese día aprendí que fácil es amar a Dios y bendecirlo, pero maldecir al vecino cuando nos ofende.

Hoy, algunos años después de haber asimilado la lección he descubierto el valor de las lecciones que aprendemos y lo importante que es compartirlas con otros; estoy aprendiendo a enseñar y me siento feliz de poder compartir este mensaje, porque es lo que Dios quiere que hagamos: siempre podemos aprender algo de las dificultades, y hay muchos casos en que Dios nos usa, tanto como aprendices como maestros.

Como hijos de Dios, debemos aprender a enseñar y a enseñar con el ejemplo, hay hermanos que están en diferentes grados de aprendizaje y siempre habrá quienes saben mas y quienes saben menos. El siervo de Dios, Job, no conocía la razón de su sufrimiento, pero aun así, reafirmó y ratifico el derecho de Dios de actuar sobre su vida.

Cuando le entregamos a Dios nuestra vida, también le dimos el derecho de actuar en ella para nuestro beneficio y de acuerdo a su perfecta voluntad, por eso, si queremos colaborar con la obra de Dios en nosotros y aunque no sea fácil, debemos cambiar nuestra actitud. Es la actitud que tienes frente a la vida y a Dios, lo que marca la diferencia. La actitud es la manera en que enfrentamos nuestros problemas; alguien dijo alguna vez que: “La actitud es mas importante que los hechos”. Es mas importante tener una actitud positiva, frente a los problemas que las mismas circunstancias, los hechos o los problemas; porque una actitud positiva, te va a mostrar las dificultades en su justa dimensión; la actitud positiva es amiga y hermana de la esperanza y del optimismo; es pariente del buen humor y de un corazón alegre y en paz y convierte a los problemas en tus entrenadores; cuando los superas, vas a encontrarte con un carácter conforme al corazón de Dios y con mayor control y dominio de tus emociones y de ti mismo; espiritualmente mas fuerte y con mayor sabiduría: Dios nos dio un cerebro para que lo usáramos, para que aprendiéramos a solucionar nuestros problemas, pero también para que enseñáramos a nuestros hermanos menores.

Cuando enseñamos, logramos un impacto positivo en la vida de las personas y ya que nosotros no podemos cambiar a nadie, si podemos enseñar acerca de Jesús y lo que El, puede hacer para cambiar y trasformar la vida de una persona.

Nunca estamos preparados para los problemas, pero siempre podemos mantener una actitud mental positiva frente a la vida y mas sabiendo que no estamos solos, que Dios está entre nosotros y que El Espíritu Santo es el que nos guía, nos enseña, nos guarda, nos limpia y nos prepara para nuestro encuentro con Jesús.

Con este versículo, El Señor me ministró para aprender a enseñar y lo que dice su palabra, es un mandamiento, te lo dejo a ti: Aprende a enseñar.

Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura,
la exhortación y la enseñanza;
no descuides el don que hay en ti,
que te fue dado mediante profecía con la imposición
de las manos del presbítero.

1ª Timoteo 4:13-14

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