Sueño con una Iglesia… – Enrique Monterroza

Sueño con una Iglesia…

Sueño con una Iglesia en donde todos podamos ser hermanos, en donde no exista distinción alguna, en donde todos seamos iguales y en donde predomine el amor por Dios.

Sueño con una Iglesia en donde en lugar de pisotear al caído podamos darle la mano y ayudarlo a levantarse.

Sueño con una Iglesia en donde al necesitado se le pueda no solo extender una oración sino también una acción.

Sueño con una Iglesia en donde la crítica no sea destructiva y en donde cada comentario o propuesta lleve el fin de bendecir en lugar de destruir.

Sueño con una Iglesia que entienda lo imperfecto que somos y comprenda que vamos en un camino de perfección.

Sueño con una Iglesia en donde no se sirva por imposición, sino que por disposición.

Sueño con una Iglesia que actué más de lo que habla, que muestre más que lo que grita, que refleje más de lo que sabe, que la teoría se vuelva práctica.

Sueño con una Iglesia que reciba a los suyos en amor, que en lugar de volverle la cara, pueda poner su capa, que en lugar de golpear ponga la mejilla.

Sueño con una Iglesia que el único con quien pelea es contra el pecado y no contra sí misma.

Sueño con una Iglesia que se fije mas en lo que Dios tiene que decirle que en quien lo dice.

Sueño con una Iglesia que abra su corazón para que Dios ministre y no en una que cierra su corazón a través del prejuicio y orgullo.

Sueño con una Iglesia sensible a la presencia de Dios, con una Iglesia que sea audible a la voz de Dios, y que sobre todo se deje llevar por donde Dios la quiere llevar.

Sueño con una Iglesia que sea obediente a lo que Dios nos dice y que sobre todo que anteponga la voluntad de Dios a la de sí misma.

Sueño con una Iglesia que no hable tanto de lo material, sino que se enfoque en lo espiritual.

Sueño con una Iglesia en donde el dinero solo sea una herramienta y no el fin, en donde se invierta realmente en lo que se debe invertir y no en comodidades entre cuatro paredes.

Sueño con una Iglesia que ame a Dios y que viva cada día con la intención firme de quererlo agradar en todo lo que hace.

Sueño con una Iglesia que se ponga de pie en cada tropiezo y vuelva a intentarlo y no una que caiga y no se levante.

Sueño con una Iglesia que un día entienda que Dios no tiene favoritos y que todos tenemos la misma probabilidad de ser bendecidos por Dios si tan solo lo buscamos de corazón.

Sueño con una Iglesia sin complejos, que viva una vida cristiana verdadera y que sobre todo la disfrute.

Sueño con una Iglesia que no viva para el ojo humano, sino para el ojo Divino.

Sueño con una Iglesia pura que reconoce sus limitantes y que se hace fuerte en sus debilidades.

Sueño con una Iglesia que anhele el regreso de nuestro Señor Jesucristo y que viva cada día con la esperanza de que ese día el Señor vendrá por ella.

Sueño con una Iglesia que antepone lo espiritual a lo carnal, que pelea sin cesar ante los deseos de la carne y no se deja manipular por ellos, mas se rinde al Señor para que sea Él quien le de la capacidad de vencer sobre cualquier tentación.

Sueño con una Iglesia que anhele e intente parecerse cada día a Jesús, que actué como Él, que hable como Él, que tenga la capacidad de ver cómo veía Jesús.

Sueño con una Iglesia que no se divida, sino que se una, que entienda que en la eternidad estaremos todos juntos alabando al Señor y exaltándolo.

Sueño con esa Iglesia que un día se casara con el Novio y vivirá con Él por toda la eternidad, y de la cual tú y yo seremos parte.

Sueño con esa Iglesia…

“El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven, Señor Jesús!»
Y todos los que estén escuchando digan: «¡Ven, Señor Jesús!»
Y el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna”.

Apocalipsis 22:17 (Traducción en lenguaje actual)

Autor: Enrique Monterroza

Para www.enriquemonterroza.comwww.devocionaldiario.comwww.destellodesugloria.org

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