La historia de Rene… pecado no confesado – Enrique Monterroza

La historia de Rene…

pecado no confesado

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No había duda que Rene era un hombre de Dios, solo bastaba escucharlo hablar para notar que ese hombre tenía una pasión extraordinaria por Dios. No solo sus palabras, sus hechos demostraban una real conversión, pues su testimonio era un ejemplo para muchos.

Pronto Rene fue creciendo espiritualmente y adquiriendo nuevos compromisos en el Señor. Con el pasar de los años Rene llego a ser pastor en una Iglesia pequeña pero que prometía mucho.

Rene dedico sus primeros años de pastorado a su rebaño, dedico mucho de su tiempo en el cuido de sus ovejas, era un líder ejemplar, un pastor muy querido por sus ovejas y respetado en su comunidad.

Con el transcurrir del tiempo la Iglesia fue creciendo gracias a lo que Dios estaba haciendo y a las funciones que Rene como cabeza de esa obra realizaba. Pero Rene no era un super hombre, también tenia sus debilidades, que a lo mejor no eran visibles a simple vista pero que existían.

Fue un chica la que poco a poco fue acercándose a Rene quien era soltero, ilusionada por el trabajo que Rene desempeñaba y admirada por la clase de hombre que era, realmente Rene estaba centrado en su trabajo ministerial como para buscar en ese momento una pareja, pero fue tanta la insistencia de la chica por acercase a Rene que éste termino cediendo; comenzaron a salir, a pasar más tiempo juntos y a pesar que Rene había sido advertido por Dios que esa no era la chica que Él tenía preparada para él siguió frecuentándola. Pronto nació una “relación” a escondidas entre ellos, se hicieron novios sin que nadie sospechara ni se diera cuenta, sin embargo Rene como un hombre de Dios se sentía incomodo con esto, más aun sabiendo que esa no era la chica que sería su esposa o con la que él se quisiera casar.

Rene poco a poco fue descuidando su relación con Dios por dedicarle tiempo a aquella relación “secreta”, los besos y caricias cada día aumentaban, hasta que un día dejados llevar por sus instintos más pecaminosos paso lo que tenía que pasar después de muchos besos y caricias fuera de lugar, ellos cayeron en fornicación.

Desde ese día Rene ya no fue el mismo, a pesar que sintió un enorme dolor por haber fallado de esa manera, Rene simplemente calló, no contó su pecado a nadie, y peor aun, ese pecado se repitió varias veces en las próximas semanas y meses. Fue así como la caída de Rene fue siendo más obvia, ya las cosas no le salían, sus ojos ya no brillaban con el mismo entusiasmo y animo de antes, sus predicaciones cambiaron radicalmente, parecía que sus palabras ya no tenían autoridad, la gente comenzó a sentir la diferencia, algo pasaba, Rene lo sabia, sin embargo no se arrepentía de su error, sentía dolor por lo que pasaba, pero no quería dejar de hacerlo.

Durante los próximos tres años Rene mantuvo en secreto su pecado, su congregación fue victima de varios problemas serios, aquella imagen de una congregación ejemplar cayo, el ministerio personal de Rene igual, se vino abajo, el respaldo de Dios ya no estaba con él. Rene fue cesado de su cargo cuatro años después de haber callado su pecado y nunca haberlo confesado.

La Biblia dice:

“Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón.”

Proverbios 28:13 (Traducción en lenguaje actual).

La historia de Rene puede ser la historia de muchos de nosotros, que a través de diferentes pecados queremos vivir una doble vida, por un lado sirviendo y alabando a Dios y por otro lado viviendo de forma “oculta” una vida llena de pecado irreverente.

Y es que a veces se nos olvida que delante de Dios no podemos ocultar nada, que Él lo sabe todo y que por mucho que engañes a la gente tarde o temprano tus acciones tendrán que pagar la factura.

Sin embargo la voluntad de Dios es que podamos reconocer nuestros errores y pecados, que podamos confesarlos y dejarlos, para poder recibir el perdón de Dios.

El rey David lo dijo de está forma:

“Mientras no te confesé mi pecado,
las fuerzas se me fueron acabando
de tanto llorar.
Me castigabas día y noche,
y fui perdiendo fuerzas,
como una flor que se marchita
bajo el calor del sol.
Pero te confesé mi pecado,
y no oculté mi maldad.
Me decidí a reconocer
que había sido rebelde contigo,
y tú, mi Dios, me perdonaste.”

Salmos 32:3-5 (Traducción en lenguaje actual)

Hoy Dios a través de este mensaje quiere hacerte recapacitar de tu pecado, no creas que porque el respaldo de Dios está aun contigo a pesar que tienes ese pecado oculto que practicas continuamente, nunca pasará nada. Si hasta hoy no has visto consecuencias de tu práctica equivoca, es porque Dios te está dando la oportunidad de arrepentirte antes que las consecuencias sean más duras.

La voluntad de Dios es que puedas reconocer tu pecado, confesarlo, arrepentirte genuinamente y dejarlo de una vez por todas y entonces Dios te va a perdonar, te comenzará a restaurar de una manera sobrenatural y llegarás a ser mejor de lo que un día fuiste, porque Dios resiste al soberbio, pero al humilde lo exalta.

Ya no escondas más tu pecado, en su lugar arrepiéntete de todo corazón, confiésalo y apártate de el y Dios te llevará más alto de donde un día estuviste.

¡Dios te quiere perdonar y restaurar!

Autor: Enrique Monterroza

Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org

Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.comwww.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com

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