Dando lo mejor de mí – Enrique Monterroza

Dando lo mejor de mí

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Hoy interiormente me hacia un pregunta: ¿Esperara Dios tanto de mi cómo yo espero de Él?

Y es que no vamos a negar que nosotros esperamos mucho de Dios, y no está mal esperar mucho de Dios pues Él es Soberano y Todopoderoso, pero así como nosotros esperamos mucho de parte de Él, ¿No te has puesto a pensar que también deberías dar mucho?

Siendo sinceros, hay que reconocer que a veces somos injustos al desear todo para nosotros, pero no dar la talla para agradar a Dios. Es como aquel empleado que no hace el trabajo para el que se le contrato, no es eficiente, no es buen compañero y aun así exige un aumento de salario. Es como aquel hijo que se porta mal, es desobediente, va mal en los estudios pero aun así pide y pide a sus padres que lo complazcan con sus deseos.

Nosotros le pedimos muchas cosas a Dios, y de hecho que si se las pedimos es porque queremos o necesitamos que pueda contestarnos de la manera que queremos, pero ¿Qué pide Dios de nosotros?

“¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.”

Miqueas 6:8 Nueva Traducción Viviente (NTV).

¿Cuánto más vamos a seguir esperando tanto de Dios y dando tan poco de nosotros?, ¿Cuánto más vamos a exigir respuestas rápidas cuando no estamos haciendo nada por vivir como Dios manda?

Antes de exigir o esperar grandes cosas de Dios deberíamos examinar nuestro caminar y reflexionar sobre si estamos agradando a Dios en todo lo que hacemos y si lo estamos haciendo debemos estar seguros que en su tiempo Dios nos dará las respuesta que necesitamos, pero si no estamos caminando como Dios quiere que caminemos entonces es momento de hacer un alto y recapacitar, volvernos a Dios y caminar humildemente a su lado como en algún momento lo hemos hecho.

Las peticiones que más rápido reciben respuestas, no son aquellas que se exigen, sino aquellas que salen del corazón de los que con un espíritu humilde y sincero adoran y sirven a Dios.

¿Cómo está tu caminar con el Señor?, ¿Cómo está tu relación personal?, ¿Cómo está tu comunión con Él?

Antes de pedir aseguremos que estamos agradandole al Padre que le pediremos, porque si el hijo agrada al Padre, entonces el Padre se sentirá en la necesidad de cumplirle a su obediente y amado hijo.

Demos lo mejor de nosotros para que nuestro Padre nos de lo mejor para nosotros.

¡Hoy daré lo mejor de mí!

“El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.”

Salmos 51:17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Por Enrique Monterroza

Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org

Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.comwww.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocinales.blogspot.com

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