Me llamo error y mi apellido es pecado – Emmanuel Marchena

ME LLAMO ERROR Y MI APELLIDO ES PECADO

por Emmanuel Marchena

¿Serás uno de los tantos que se llaman así? Aunque el titulo no haga tanto enfoque al tema principal, es muy referente; Dios ha diseñado este devocional especialmente para ti, él quiere hablarte de la pureza.

Este devocional no está hecho con el fin de darte tácticas para la pureza, sino que tú mismo puedas establecer tus propios criterios; ser puro es ser obedientes a cada palabra que sale de la boca de Dios.

Dios no se avergüenza de haberte creado, por estar sumergido en el pecado, NO. El solo quiere hacerte ver que esto es lo que te está costando la unción ¿Qué es lo que te cuesta la unción?; vivir bajo la unción es vivir en santidad, la cual la santidad es lo que tenemos que trabajar.

Jesús nos llama a ir en pos de él, Jesús es igual a la santidad entonces si vamos en pos de Jesús, vamos en pos de la santidad; la cual sin santidad nadie puede ver a Dios, ser santos es nuestra gran meta, que mal es que son pocos los que llegan al final.

La santidad es un concepto que va mas allá de vivir en pureza, la santidad se convierte en un estilo de vida que Dios demanda que practiquemos, para poder estar en armonía con él.

Esto refleja lo que somos y lo que hacemos, todo esto se trata de ser personas integras la cual Dios desea proyectar al mundo. Ir en pos de la santidad es despojarse de la vieja naturaleza, quitarme de encima el viejo yo, tenemos que renovarnos constantemente por medio del Espíritu.

Dios está siendo claro, y es que debemos ir en santidad, pero ¿Qué hay de las personas que quieren ser totalmente santos, porque llevan una atadura la cual no los deja avanzar? ¡Venciendo toda fortaleza!, tenemos que renunciar a todos los usos de nuestro cuerpo como instrumento de injusticia, y pedirle a Dios que rompa las ataduras que Satanás trajo a nuestra vida por medio de dicha práctica; también debemos ofrecerle nuestro cuerpo como un sacrificio santo y agradable a él. (Leer Romanos 6:13-14).

Somos nosotros lo que decidimos hacer el cambio, nada de lo que existe en este mundo llenara nuestro corazón de la manera que Dios lo llena; siempre tendremos opciones, y toma este reto de decidir por tu pureza

AHORA ME LLAMO PUREZA Y MI APELLIDO ES SANTIDAD.

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