Charles Stanley – La Necesidad de un País

Tema: “La necesidad de un país”

Leer: 2 Crónicas 7.11-22

el-planetaSi usted se enterará que una persona a la que ama tiene una enfermedad seria, usted no susurraría un rápido: “Bendícela, Señor”, y olvidaría después el asunto. ¡No! Caería de rodillas, con el corazón adolorido, pidiéndole al Señor que la cure. De igual manera debemos responder nosotros ahora que la “salud” de nuestro país está en peligro: tenemos que orar con igual fervor por nuestra nación y por sus líderes, como lo haríamos por un amigo gravemente enfermo.

El rey Salomón fue advertido del peligro que correría su nación si el pueblo dejaba de honrar a Dios. Dios dijo lo que Israel tenía que hacer en tal estado de caos. Primero, el pueblo debía reconocer con humildad su necesidad de la intervención del Señor. Segundo, debían clamar a Él con corazones abrumados por la situación del país. Y tercero, quienes buscaban la renovación de la bendición de Dios sobre Israel, debían experimentar un tiempo de confesión y arrepentimiento personales.

La palabra del Señor a Israel contiene principios que se aplican a nosotros en estos tiempos modernos. Aquellos “sobre [los cuales] mi nombre es invocado”, en otras palabras, el cuerpo de creyentes, tienen el deber de interceder por su país que sufre. Los cristianos que quieren que Dios oiga sus oraciones, perdone los pecados de la nación y sane su tierra, harían bien en seguir las instrucciones que Él dio a Salomón.

Nuestra nación necesita de sus oraciones. Si usted está consciente de alguna tendencia o decisión perjudicial, comience con una limpieza personal de su corazón: confiese y arrepiéntase de cualquier pecado conocido (1 Jn 1.9), y luego clame a nuestro Padre celestial para que Él nos dé una sociedad vibrante y temerosa de Dios.

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